El investigador de Imhay y académico de la Facultad de Educación de la Universidad de Los Andes, Dr. Jorge Gaete, conversó con CNN Chile sobre los hechos de violencia que han despertado preocupación entre las autoridades.
Al respecto el Dr. Gaete explicó que los acontecimientos son la “constatación de las dificultades que han tenido los colegios para tener un plan de acción y coordinar medidas preventivas sobre el tema”.
Asimismo, puntualizó en que “una de las cosas que pueden influir es la falta de oportunidades para el desarrollo de la resolución de conflictos sociales”. “La oportunidad de empatizar que habitualmente está presentes en los colegios, ya no estuvo durante la pandemia”.
Ve la entrevista a continuación:
Entrevistado por revista Paula de la Tercera, nuestro investigador y académico de la Universidad Diego Portales, Dr. Álvaro Jiménez, señaló que “respecto al suicidio infantil, es difícil estudiarlo porque estadísticamente hay pocos casos para sacar conclusiones. Sin embargo, estamos en un momento crucial para preguntarnos qué hacer y actuar a tiempo frente a conductas de riesgo”.
«Es clave estar alerta a ciertas señales, sobre todo porque el suicidio infantil está asociado a un tipo de comportamiento de carácter más impulsivo que en el resto de los grupos etarios”, indica nuestro investigador, Dr. Álvaro Jiménez
A principios de abril, la revista The New Yorker publicó un extenso reportaje titulado “El aumento desconcertante del suicidio infantil”. Un texto que, con gran despliegue, comienza contando la historia de Trevor Matthews, un niño de 12 años que decidió quitarse la vida en Nueva York, tras experimentar -en gran parte de su vida- una fuerte depresión que no fue tratada a tiempo. Ese fue el móvil de sus padres, Angela y Billy Matthews, para investigar sobre salud mental y entender por qué en Estados Unidos existen tan pocas intervenciones terapéuticas para niños con depresión aún cuando las cifras de suicidio son, al menos, preocupantes: Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU, en 2020, más de 1.500 niños entre 10 y 14 años se quitaron la vida.
De acuerdo a datos de Unicef, las muertes por suicidio representan la segunda causa de fallecimiento entre los jóvenes de entre 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. Sin embargo, existen pocas cifras a nivel mundial respecto a lo que ocurre con los niños en edad escolar. ¿Cuánto sabemos del suicidio infantil en nuestro país? ¿Qué tan dispuestos hemos estado a conversar del tema?
Según los datos del proyecto FONDECYT Suicidio y riesgo suicida en adolescentes durante la pandemia, realizado por el psicólogo Álvaro Jiménez y el economista Fabián Duarte, en 2020, Chile presentó 1.571 fallecimientos por suicidio, mostrando así la tasa más baja (8 de cada 100 mil) durante las últimas dos décadas. En el caso de los menores de 19 años, esa estadística también decayó. Si en 2016 existieron 83 casos, en 2018 se pasó a 74 y en 2020, hubo 60. Si bien estas cifras no están desagregadas, dan cuenta de una tendencia.
“Nuestra hipótesis es que esa disminución está asociada a las cuarentenas de la pandemia, porque en esos contextos hay mayor vigilancia por parte de los padres, baja el consumo de alcohol y drogas -que puede ser factor de riesgo en los más grandes-, y hay una mayor consciencia de las consecuencias del suicidio al estar encerrado con los vínculos significativos. Pero es altamente probable que esto tienda a aumentar y las tasas vuelvan a los niveles anteriores de la pandemia”, dice Álvaro Jiménez, académico de la Facultad de Psicología de la UDP e investigador del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay). “Respecto al suicidio infantil, es difícil estudiarlo porque estadísticamente hay pocos casos para sacar conclusiones. Sin embargo, estamos en un momento crucial para preguntarnos qué hacer y actuar a tiempo frente a conductas de riesgo”, agrega.
Según un estudio publicado en la revista The Lancet, 1 de cada 12 niños entre los 9 y 10 años informó haber tenido pensamientos suicidas. Pero poco conversamos sobre esto. Álvaro Jiménez cree que este tabú se ha instalado porque existe una concepción que sostiene que los escolares -por su desarrollo cognitivo- no piensan en estas temáticas. “Y sí lo hacen, solo que lo comunican poco en comparación con los adolescentes. Hay que recordar que entre los 8 y 9 años se empieza a simbolizar la muerte como un fenómeno natural e irreversible. Se entiende ya a esa edad. Entonces es clave estar alerta a ciertas señales, sobre todo porque el suicidio infantil está asociado a un tipo de comportamiento de carácter más impulsivo que en el resto de los grupos etarios”.
Muchos padres y madres al verse enfrentados a esta situación, entran en un estado de negación. La psicóloga Carmen Olivari, jefa del Diplomado en Psicoterapia Infanto Juvenil de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica, afirma que eso pasa por el susto que provocan estos pensamientos. Sin embargo, cuando no se toman en serio -y no se acepta que son reales-, se puede caer en la práctica de menoscabar el sufrimiento de los propios hijos. “A veces pasa que hay papás o mamás que creen que los niños o niñas están manipulando o que tienen estas conductas para llamar la atención. Pero cuando existen estos pensamientos recurrentes, hay que alertarse inmediatamente. En esto, habitualmente hay un dolor emocional o malestar psicológico profundo que supera las capacidades de adaptación del niño, niña o adolescente. Eso, es lo que se produce a nivel emocional, y es una sensación real”.
Si bien los suicidios en niños y niñas no han mostrado un alza, existe una preocupación generalizada -sobre todo, en comunidades educativas- por el estado de la salud mental de los escolares. Un informe publicado en el Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology -que contó con reportes de 24 países- dio cuenta que en Chile, entre un 12% y 16% de los niños menores de 6 años tiene ansiedad y depresión; muy lejano al 5% que presenta este indicador a nivel global. “En mi experiencia, y la de mi equipo, más que conductas suicidas, hemos visto un aumento por síntomas de depresión en niños y adolescentes. Es una impresión clínica, porque aún no hay estudios sobre esto”, dice Carmen Olivari y agrega: “En estos últimos dos años, fue muy potente el encierro de la pandemia y el hecho de perder la vida cotidiana del intercambio social. Eso ha llevado a más consultas. Si bien esos estados depresivos no siempre llevan a intentos o pensamientos suicidas -sobre todo cuando son tratados a tiempo-, sí son un factor de riesgo”.
Estar en alerta
La Organización Mundial de la Salud lo ha expresado claramente: el suicidio es un problema de salud pública -rodeado, muchas veces, de mitos y tabúes- que es prevenible si es que existe una intervención oportuna, basada en evidencia. En el caso del suicidio infantil, aunque puede ser difícil pesquisar por sus características previas -habitualmente, conductas que tienen que ver más con la irritabilidad que la tristeza-, sí se puede detectar mediante signos de alarma.
Primero, están la señales de sufrimiento emocional, que pueden ser: cambios súbitos de la conducta habitual, signos de depresión -tristeza, pesimismo, desesperanza-, escaso interés en actividades que antes motivaban, disminución del rendimiento académico, cambios bruscos de peso o patrones alimenticios, insomnio, descuido en la apariencia personal y/o higiene, irritabilidad y/o agresión, conductas autoagresivas, aislamiento. La psicóloga clínica y doctora en Psicoterapia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pauline Heine, indica que “estos elementos son útiles para ayudar a identificar una situación de sufrimiento psicológico o emocional, en la que eventualmente se podría estar albergando pensamientos suicidas. No obstante, si un alumno presenta alguno de estos signos, no implica necesariamente que esté pensando en quitarse la vida. Si se observa esto, es importante buscar ayuda profesional para que sea evaluado por especialistas en el tema”.
Sin embargo, Heine sostiene que pueden existir signos graves y directos de riesgo suicida, tanto verbales, como no verbales. Ejemplo de ello es hablar acerca del propio suicidio o expresar deseos de morir, mediante alocuciones como “Cuando yo no esté aquí” o “A nadie le importo realmente, no me echarían de menos si no estoy” o “Me gustaría morirme”. Además, realizar ritos o visitas de despedida, escribir cartas, hacer testamentos, buscar métodos, o regalar posesiones preciadas a los demás también se catalogan como señales de alarma.
Al momento de detectar esto, dice Heine, es clave conversar con el niño, niña o adolescente; mostrar interés y apoyo, y acoger sus necesidades. Y no solo eso: contar con una atención oportuna y profesional puede ser clave en términos de prevención. “Tenemos que detectar a tiempo cuando un niño, niña o adolescente presente sufrimiento emocional para que no llegue a pensar en el suicidio como una opción, y si es que lo está haciendo, que tenga un tratamiento pertinente y profesional, porque existe. La clave es pesquisar y para eso, todos los adultos responsables nos tenemos que capacitar. Ahí hay que concentrar los esfuerzos”, finaliza Pauline Heine.
Si necesitas ayuda o apoyo profesional, puedes llamar al teléfono de Salud Responde al 600 360 7777 o entrar a esta página del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
Fuente: Revista Paula, La Tercera
La psiquiatra infantil y del adolescente, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora de Imhay, Dra. Vania Martínez, llegará hasta la ciudad de Antofagasta para dictar la conferencia «Jóvenes de hoy: ¿Generación de cristal?».
El Festival Puerto de Ideas se desarrollará en la ciudad Antofagasta, desde el 18 al 24 de abril, y contará con la participación de reconocidos científicos de diferentes áreas del conocimiento.
En el 2019 estalló una polémica en las redes sociales debido a las protestas de algunos estudiantes universitarios por la alta carga académica y los efectos que esto puede tener en la salud mental. Por un lado, fueron tildados por parte del mundo adulto como una generación “de cristal”, mediocre, sin noción de sacrificio y más preocupados de sus derechos que de sus deberes. Por otro lado, hubo autoridades académicas y profesionales de salud mental que entregaron su apoyo a las manifestaciones, visibilizando situaciones de estudiantes que están días sin dormir ni alimentarse de manera adecuada, sufriendo emocionalmente y que incluso han tenido conductas suicidas.
En este contexto y en una nueva versión de este exitoso Festival, Imhay estará presente a través de la participación de nuestra directora, quien discutirá la evidencia científica en torno a la salud mental de jóvenes universitarios, considerando los problemas más frecuentes, sus causas, la influencia que ha tenido la pandemia, presentando propuestas para su abordaje.
El Festival Puerto de Ideas busca contribuir a la democratización y descentralización del conocimiento de excelencia en nuestro país. Esta labor se potencia, a su vez, en su área educativa que busca generar experiencias significativas de aprendizaje para niñas, niños y jóvenes. Además desarrollan y comparten contenidos que promueven la curiosidad, la lectura y el aprendizaje por placer, como videos, podcasts y libros.
Dentro de la misión establecida por este Festival que se desarrollará en Antofagasta, desde el 18 al 24 de abril, se encuentra el promover el encuentro entre la ciudadanía y las ideas, con la palabra al centro de la entretención, a través de instancias accesibles y multidisciplinarias que fomenten la curiosidad y el amor por el conocimiento.
DATOS DEL EVENTO:
Fecha: Domingo 24 de abril.
Hora: 16:30 hrs.
Lugar: Plaza de la Cultura Osvaldo Ventura López. Antofagasta.
Compra tu entrada: AQUÍ
En webinar organizado por el Núcleo Milenio Imhay, la Universidad de Chile y la Universidad de O’Higgins se conversó respecto a las diversas implicancias que conlleva el uso de tecnologías en el abordaje de la salud mental.
Además, se realizó el lanzamiento del libro digital de descarga gratuita “Experiencias en ciberpsicología: Hacia una nueva era de la psicología”, texto escrito colaborativamente por profesionales de diferentes países hispanohablantes que cuentan con amplia trayectoria y experiencia en el área, y entre los que se encuentra la directora de Imhay y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez.
Descarga el libro digital “Experiencias en ciberpsicología: Hacia una nueva era de la psicología” AQUÍ
Ve el webinar en el siguiente link:
En encuentro virtual organizado por el Núcleo Milenio Imhay, la Universidad de Chile y la Universidad de O’Higgins se conversó respecto a las diversas implicancias que conlleva el uso de tecnologías en el abordaje de la salud mental. Junto a ello, se realizó el lanzamiento del libro digital de descarga gratuita “Experiencias en ciberpsicología: Hacia una nueva era de la psicología”, texto escrito colaborativamente por profesionales de diferentes países hispanohablantes que cuentan con amplia trayectoria y experiencia en el área, y entre los que se encuentra la directora de Imhay y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez.
A través de sus 11 capítulos, este libro digital ofrece una mirada del uso de la tecnología en la atención a la salud mental, al individuo digital y su aplicación en los ámbitos familiar, escolar y relacional comportamental
El pasado 01 de abril se desarrolló con éxito el webinar “Ciberpsicología y su aporte a la salud mental”, organizado por el Núcleo Milenio Imhay, la Universidad de Chile y la Universidad de O’Higgins. Esta actividad se realizó en el marco del lanzamiento del libro digital “Experiencias en ciberpsicología: Hacia una nueva era de la psicología”, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Facultad de Estudios Superiores de Zaragoza.
El encuentro virtual contó con la participación de cuatro profesionales que redactaron esta publicación, en donde abordaron cómo fue su experiencia al trabajar de forma colaborativa en el contexto de la pandemia y profundizaron algunos temas que se abordan en el libro.
La primera en exponer fue la psiquiatra infantil y del adolescente, académica de CEMERA de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, Dra. Vania Martínez, quien escribió el capítulo «Tecnologías digitales y salud mental». En su presentación abordó diversos estudios en donde la tecnología fue utilizada como herramienta para conseguir diversos análisis en salud mental.
En su intervención, señaló que “depende mucho del objetivo que se propone para escoger qué tecnología se va a utilizar, pero algo que hemos incorporado con gran énfasis son los diseños participativos. Si nosotros queremos llegar a jóvenes, es importante incorporar desde un principio a los destinatarios para que nos puedan decir si les sirve o no. Y es así que hemos realizado muchos talleres que nos han ayudado para conocer lo que es más asequible para ellos y de qué manera podemos mejorar también nuestras intervenciones para que tengan el objetivo que esperamos”.
La segunda autora en exponer fue la Dra. María Soledad Burrone, directora del Instituto Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de O’Higgins, quien presentó el tema «Utilización de TICS en personas mayores y personas con diagnósticos de salud mental: una experiencia comunitaria». En ella abordó la experiencia de intervención comunitaria que desarrollaron en la región de O’Higgins para la inclusión socio laboral de personas con un diagnóstico de salud mental severo, personas mayores y mujeres con alta vulnerabilidad social.
La Dra. Burrone destacó la relevancia de las tecnologías en el contexto de la pandemia por COVID-19, donde tuvieron que adaptarse para llevar a cabo la intervención. “Los grupos se capacitaron no solo en el uso de tecnologías sino también en el oficio, cooperativismo, cómo desarrollar mejor el oficio, en marketing, etc. Toda esa intervención funcionó a través de la tecnología y, por tanto, tuvo el uso de la aplicación laboral. Pero también encontramos, a través de las entrevistas que realizamos, otro uso, que fue la socialización. Es decir, que no sólo se empleó la tecnología para uso laboral sino que también se convirtió en una herramienta para socializar”.
Lanzamiento del libro digital
Esta publicación de descarga gratuita fue escrita de forma colaborativa por profesionales de diversos países hispanohablantes con amplia trayectoria y experiencia en el área. En el texto se menciona cómo en los últimos años, la interacción humana se ha modificado en gran medida debido por la incorporación de las tecnologías digitales y la aplicación de internet a la vida cotidiana, laboral, profesional y social, lo que ha traído numerosas ventajas, pero también ha hecho aparecer diversos problemas e incluso trastornos de tipo psicológico y social.
En este escenario surge la ciberpsicología como una nueva disciplina de la psicología que pretende estudiar el mundo virtual y la interacción con los seres humanos, estudiar la relación entre la salud y el uso de la tecnología, así como el impacto de la tecnología en el comportamiento humano.
En el webinar también participó la Dra. Bertha Ramos del Río, Psicóloga, Doctorada en Ciencias en Salud Colectiva por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y una de las coordinadoras del libro, quien señaló la importancia de generar este tipo de iniciativas.
“Como todo libro, el trabajo es muy arduo y poder contactarlos, trabajar en equipo y entregar productos a tiempo y al final verlo consolidado, genera una gran satisfacción. Sabemos que el trabajo en equipo es fundamental para poder lograrlo y tenerlo finalmente es una fuente de información muy importante que será utilizado como herramienta de consulta para nuestros estudiantes”
Por otra parte, la Dra. Viviana Guajardo, Psiquiatra, Doctora en Salud Pública y Directora de Salud Estudiantil de la Universidad de Chile, destacó a esta publicación como gran hito en el ámbito de la salud mental. “Para quienes venimos trabajando hace más de diez años en salud mental digital, la pandemia y COVID-19 nos dieron la oportunidad de catalizar todas estas experiencias que ya se venían desarrollando desde la década de los 90. Destacar que este libro es para profesionales hispanoparlantes que si bien hay mucha literatura en el ámbito internacional, era necesario tener y contar con literatura en español de estas distintas experiencias en el ámbito de la salud mental digital”.
A través de sus 11 capítulos, el libro digital “Experiencias en ciberpsicología: Hacia una nueva era de la psicología”, ofrece una mirada del uso de la tecnología en la atención a la salud mental, al individuo digital y su aplicación en los ámbitos familiar, escolar y relacional comportamental, con la finalidad de establecer una aproximación, basada en la evidencia, que permita a profesionales y estudiantes de la Psicología adquirir los conocimientos base en los cuales empezar a comprender la magnitud del fenómeno en este siglo XXI.
Descarga el libro digital “Experiencias en ciberpsicología: Hacia una nueva era de la psicología” AQUÍ
En el canal de noticias 24 horas de TVN, el investigador Imhay y académico de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, Dr. Jorge Gaete, fue entrevistado respecto a los últimos hechos de violencia escolar que se han registrado en algunos establecimientos educacionales.
Al respecto, señaló que “uno de los principales factores a los que deberíamos apuntar, son a los efectos de la pandemia que redujo la oportunidad de los estudiantes para tener un mejor desarrollo de habilidades socioemocionales y el desarrollo específicamente de habilidades pro sociales: el poder tener una buena comunicación con otros, una buena resolución de problemas sociales”.
El investigador Imhay también indicó que “en el ámbito de la salud mental, un reporte de fines del año pasado mostró que habían aumentado casi al doble síntomas de ansiedad y depresión en la población adolescente a nivel mundial y probablemente en Chile eso también eso se vio acentuado fundamentalmente por la pandemia. En ese sentido, yo creo que es importante tener en cuenta de cómo prevenir esto a través de la implementación urgente en colegios de intervenciones para el desarrollo de estas habilidades”.
Sobre cómo abordar la violencia en los colegios, el Dr. Gaete señaló que: “yo diría que hay tres niveles en los cuales uno debería pensar en hacer algunas intervenciones: el primero, es el de desarrollo de habilidades socioemocionales y, en particular, de habilidades de comunicación y resolución de problemas sociales. Hoy en día esto es carente en los establecimientos educacionales y hay programas que se han ido desarrollando en el tiempo. Nuestro equipo de investigación y otros equipos de investigación en Chile han podido ir desarrollando algunas intervenciones, ofreciéndoles a los colegios, pero pocos han tenido la idea de implementarlos como parte de los currículums de los colegios, que sería lo ideal”.
“Lo segundo, y que es otro nivel importante en el cual se ha visto un efecto grosero desde el punto de vista de la pandemia, es a nivel familiar. Durante estos dos años, muchas familias han sufrido muchas dificultades desde el punto de vista económico, desde el punto de vista de la convivencia social. Hay algunos reportes, por ejemplo, que mostraron un aumento de la violencia que se presentaba dentro de la familia y eso está llevando de la mano probablemente a modelos de interacción, modelos de resolución de conflictos que los chicos hoy están presentando en los ámbitos en los cuales se están abriendo, como es el caso de los colegios y su vuelta presencial. En ese sentido, intervenciones a nivel familiar también pueden ser importantes como foco de intervenciones”, puntualizó el investigador Imhay.
Ve la entrevista completa en el siguiente link:
Los hechos de violencia que han se han originado en las últimas semanas entre los escolares han encendido las alertas de manera transversal, desde las familias afectadas directamente hasta al gobierno. Sumado a esto los niveles de agresión han ido in crescendo, razón por la que expertas en psicología infantil entregaron sus hipótesis sobre la raíz de esta violencia.
Estas situaciones no tienen preocupados solo a padres y autoridades, sino que también a expertos, quienes además están tratando de entender la razón tras el comportamiento de los agresores y señales en las víctimas.
“No es posible atribuir una sola causa a estos fenómenos que son tan complejos” afirma la experta en ciberbullying y convivencia escolar de la Universidad Finis Terrae, Adriana Velasco, aunque señala que sí pueden existir detonantes.
“Todo lo que ha venido ocurriendo en nuestro país, incluso antes del estallido social y acentuado por este, ha ido instalando lamentablemente una cultura de ‘con amenazas y golpes, consigo lo que quiero’“, asegura la profesional, lo cual a su juicio se ha instalado como un modelo de relación tóxico que ha trascendido a la convivencia familiar y educativa.
La académica de la Universidad de Talca e investigadora del Núcleo Milenio Imhay, Carolina Iturra, agrega que la personalidad e identidad de cada niño también puede influir, “se hace necesario entender cómo este estudiante se relaciona con sus pares, profesores y el resto de la comunidad educativa, cuál es el estatus que posee en el interior del establecimiento”.
En ese sentido, detalla que también es necesario “comprender las culturas escolares y familiares, la historia y antecedentes socioculturales” del menor.
Las redes sociales y su anonimato también son un factor dentro de los casos de violencia, como los mencionados en los liceos de Quinta Normal y Valdivia. “El que acosa no se muestra, los testigos cooperan con su silencio y el agredido o amenazado, en este caso, tiene un gran miedo a hablar y delatar, con lo cual se genera lo que se llama ‘la Ley del Silencio»” explica.
La falta de empatía y el retorno a la presencialidad ‘pospandemia’ también es un rasgo de estos hechos de violencia escolar, afirma Velasco. “El estrés emocional que generó el aislamiento, la incertidumbre, la pérdida de seres queridos, sin duda nos ha impactado tanto a niños, como a jóvenes y a adultos, e influye en el incremento de las situaciones de acoso y violencia escolar”, asegura.
A lo que Iturra agrega: “los escolares están retornando a clases después de dos años, y poco sabemos de cómo la cultura familiar enfrentó esta situación, depende de la vulnerabilidad de la familia y contextos, de sus capacidades para resolver conflictos”, sumado a esto afirma que no haber optado por un retorno paulatino a clases presenciales también influye.
“Amenazar es un delito, no solo una agresión”, explica Velasco. “Hay que estar atento no solo a lo que puede estar sufriendo, el que está siendo agredido, sino también el que agrede, pues si lo hace, seguramente es porque está buscando una ganancia”, detalla.
Dentro de esto, explica que las carencias afectivas también cumplen un rol importante entre los detonantes de violencia.
A esto agrega que “explorar un posible trastorno en su personalidad, que lo esté llevando a no sentir ningún tipo de compasión por el otro” también puede ser un factor de ejercer violencia.
De acuerdo a Velasco, el poder descubrir las señales en los niños es una tarea compleja, ya que “en los casos de violencia y acoso escolar, se tiende a dar esta Ley del silencio, donde el agresor no se muestra y el agredido tiene terror a denunciar”.
Iturra detalla que una señal precoz de que los niños están sufriendo violencia escolar son “los cambios conductuales como, por ejemplo, irritabilidad o llanto fácil, si están menos comunicativos que lo normal, si hay cambios en sus patrones de alimentación o sueños”.
Iturra agrega que “si no cuentan con amigos o redes, no son invitados a trabajar con grupos de compañeros”, también pueden ser signos de bullying escolar.
Por su parte, Velasco detalla que otras señales pueden ser si los niños no quieren acudir al colegio o presentan síntomas ansiosos como dolor de estómago o de cabeza, se aíslan de sus amigos o de sus redes de apoyo o hay descenso brusco de rendimiento escolar.
Lee la nota original en: radio Bio Bio
La psiquiatra y académica de la Universidad de Chile recalcó en la importancia de la salud mental, a propósito de los diversos hechos de violencia que se han registrado al interior de las comunidades escolares.
“Lo que estamos viviendo ahora refuerza la importancia del sistema escolar en la socialización de los jóvenes, aprender a resolver conflictos de manera adecuada, en habilidades sociales y los profesores es difícil que estén preparados con todas las herramientas”, indica la directora de Imhay, Dra. Vania Martínez.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, la psiquiatra infantil y adolescente, académica de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, Vania Martínez, se refirió al impacto de la pandemia en la niñez y adolescencia de nuestro país, a propósito de los reiterados hechos de violencia que se han producido con el retorno a clases presenciales.
Consultada por el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, respecto de la situación actual del país en materia de salud mental en niños, niñas y adolescentes, la especialista sostuvo que “este es un problema complejo, es difícil simplificar y ver cuáles son los datos que vamos a analizar. Quizás debiéramos hablar de las violencias y, dentro de eso, las muertes por suicidio son algo diferente. Uno es hablar de violencia escolar y otro de riesgo suicida”.
En ese sentido, la también directora del Núcleo Milenio para mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) agregó que “creo que es importante tener un enfoque que sea intersectorial, en el caso de adolescentes tenemos que tener una respuesta desde Salud, Educación, quizás el ministerio de Desarrollo Social, distintos ministerios, municipalidades y de forma multidisciplinaria”, por lo mismo, la psiquiatra recalcó que “si queremos abordar el problema de violencia escolar, necesitamos la voz de estudiantes, apoderados, directivos, profesores, etc.”.
Sobre los efectos de la pandemia en este grupo etario, la doctora Vania Martínez explicó que “estas alertas se fueron haciendo, se constituyeron mesas de trabajo, pero no ha sido suficiente. Esto tiene que ser más participativo, en contacto con las comunidades y más basado en la evidencia. Muchas veces se toman opciones porque es la que se tiene más a mano pero no son decisiones pensadas y analizadas en conjunto y en la evidencia”.
Respecto de cómo esta evidencia es aprovechada por las autoridades a la hora de elaborar políticas públicas, la académica de nuestra casa de estudios sostuvo que “en nuestro Núcleo Milenio hacemos una investigación que es aplicada a las políticas públicas y esa conexión cuesta bastante, los tomadores de decisiones van cambiando, de repente habíamos hecho un avance con ciertas autoridades, luego las autoridades cambian, entonces el camino que estaba recorrido hay que volver a recorrerlo“.
La profesional se refirió también a la forma en la que se deben abordar sucesos como las amenazas que han recibido algunas comunidades escolares, en ese sentido, la doctora Martínez señaló que “es algo que puede ocurrir y, por lo tanto, se requiere establecer protocolos para enfrentarlo. En este caso está bien tomar en serio este tipo de amenazas, haber hecho una pausa e investigar de dónde provienen estas amenazas”.
Otro aspecto analizado en la entrevista fue la falta de profesionales capacitados para enfrentar este tipo de hechos en los colegios, sobre ese punto, la directora del Núcleo Milenio Imhay afirmó que “lo que estamos viviendo ahora refuerza la importancia del sistema escolar en la socialización de los jóvenes, aprender a resolver conflictos de manera adecuada, en habilidades sociales y los profesores es difícil que estén preparados con todas las herramientas”.
Por lo mismo, la académica sostuvo que “hay profesionales de salud mental pero, muchas veces, están orientados a un foco muy específico. Pero aún así, podemos trabajar con los recursos que hay y pensar que podemos manejar esos recursos y la conexión que tiene el sistema de educación con el sistema de salud”.
Asimismo, la psiquiatra agregó que “en las mallas de pedagogía debieran incorporarse elementos que tengan que ver con una educación socio-emocional, debiéramos preparar a los profesores para eso. No es sobrecargarlo con roles, sino que vean la importancia que ellos tienen como referentes, si ellos son un modelo, ya sea de cómo ellos resuelven conflictos al interior de su aula o de cómo destacan en sus materias, es muy útil”.
La especialista recalcó que “espero que ahora sí haya un aumento sustantivo del presupuesto destinado a salud mental, la inversión no supera el 2,5% de todo el presupuesto de salud cuando lo óptimo sería llegar a un 6%. En este gobierno, su programa propuso aumentar este presupuesto, hay cuatro años para hacerlo y si llegáramos al cuarto año con un 5% sería un avance”.
En ese sentido, la doctora Martínez apuntó a que “cómo se utiliza ese presupuesto también es importante porque a lo mejor podríamos invertirlo en construir hospitales psiquiátricos, comprar más fármacos, cuando en realidad necesitamos que gran parte de ese presupuesto se invierta en promoción de una mejor salud mental y prevención y en el caso de adolescentes y jóvenes, creemos que los establecimientos educacionales son una buena oportunidad porque son una comunidad que puede favorecer una mejor salud mental”.
Fuente: www.radio.uchile.cl
Cada 30 de marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar. En esta fecha especial se busca sensibilizar a la población sobre esta enfermedad mental crónica, que afecta los mecanismos de regulación del estado del ánimo en el cerebro y que en Chile, se estima afecta a 2 de cada 100 personas.
· ¿Te pasa que tienes cambios inusuales y extremos en tu estado de ánimo?
· ¿Hay algunos días en que te sientes demasiado alegre y sociable, mientras que en otros sientes una profunda tristeza o una ansiedad inusual?
· ¿Sientes que tus niveles de energía o actividad cambian de manera más frecuente e intensa que tus pares y amigos/as?
· ¿Te sientes irritado/a con demasiada facilidad?
· ¿Estos episodios afectan tu relación con otros, tu forma de actuar o comportarte con los demás?
Si reconoces en ti algunos de estos síntomas, puedes estar presentando un trastorno bipolar, enfermedad que suele manifestarse durante los últimos años de la adolescencia y que dura toda la vida. Sin embargo, es importante que sepas que esta enfermedad se puede controlar y que puedes llevar una vida normal si cuentas con un tratamiento profesional adecuado.
¿Qué es el trastorno bipolar?
Todas y todos podemos tener altibajos normales, pero el trastorno bipolar es distinto, ya que los cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento pueden presentarse de un extremo a otro, son evidentes e inusuales. Esto afecta tu energía para hacer tus tareas habituales, ya sea porque tienes mucha o muy poca energía.
Es una enfermedad del cerebro que causa cambios inusuales en el ánimo, marcado por episodios de manía/hipomanía, depresión o una combinación de estos.
Puede provocar bajo rendimiento académico o deserción escolar, pérdida de trabajo y problemas para relacionarte con tu familia y entorno, además puede convertirse en un importante factor de ideación suicida o de suicidio.
Sin embargo, un tratamiento oportuno y adecuado otorgan mejores resultados y podrás conseguir una mejor calidad de vida.
Síntomas y signos comunes de manía/hipomanía, hacen que presentes de manera episódica
· Felicidad extrema o ánimo muy elevado o eufórico (muchas veces sin causa aparente).
· Intensa irritabilidad.
· Pensamientos que van muy rápido.
· Hablar de manera muy veloz, de muchas cosas diferentes a la vez, a veces sin alcanzar a decir lo que se está pensando.
· Tener un sentido exagerado de las habilidades, conocimientos y capacidades.
· Realizar acciones muy arriesgadas o imprudentes.
· Dormir menos y no sientes cansancio.
Síntomas y signos comunes de depresión, hacen que presentes de manera episódica
· Sentimientos de tristeza, desesperanza o decaimiento.
· Aislarse de los demás o sentir soledad.
· Cambios en tu apetito y/o en tu peso.
· Tener poca energía o haber perdido el interés por actividades cotidianas que disfrutabas.
· Dificultades para dormir, despertar muy temprano o dormir demasiado.
· Deseos de morir y desaparecer.
¿Qué podría hacer si sospecho que tengo esta enfermedad?
Es muy importante que puedas hablar con personas cercanas si estás sintiendo algunas de estas molestias y preguntarles si te han notado distinto/a o si han visto algunos cambios en tu forma de comportarte y en tu ánimo.
Puedes partir por conversar con alguien de tu confianza y que te ayude a buscar ayuda con profesional especialista en salud mental. Un/a psiquiatra de niños/as y adolescentes te puede ayudar a confirmar tus molestias, realizar el diagnóstico e iniciar un tratamiento adecuado.
Es importante ir a un especialista, porque el diagnóstico puede ser complejo y confundirse con otros problemas, por ello se requiere de una evaluación cuidadosa y exhaustiva por parte de un profesional capacitado.
Buscar ayudar es esencial para poder detectar a tiempo esta enfermedad y así volver a sentirte mejor.
¿Por qué me puede estar pasando esto?
Ha sido difícil descubrir la causa exacta que provoca esta enfermedad. Se sabe que hay algunos mecanismos genéticos relacionados a ella. Por ello es más probable que puedas tener esta enfermedad si tienes algún/a familiar cercano/a que presente este trastorno, sin embargo, esto no es algo absoluto y no significa que, si un integrante de la familia presenta trastorno bipolar, los/as otros/as integrantes deban tenerla.
El factor genético no es la única causa que provoca esta enfermedad. Existen otros factores que influyen, por ejemplo, si has vivido experiencias tempranas adversas, traumáticas o acontecimientos estresantes en tu vida. Estos pueden aumentar la posibilidad de presentar trastorno bipolar en personas con un riesgo genético.
¿Tengo cura para esta enfermedad?
Aunque los síntomas de esta enfermedad aparecen y desaparecen, en general, se requiere de un tratamiento de por vida. Dicho tratamiento busca desarrollar habilidades para poder controlar los síntomas, reconocer si estos vuelven a presentarse, poder mantener rutinas, aumentar el control de las emociones y mejorar nuestra relación con las personas que nos rodean.
El tratamiento incluye algunos fármacos que no te hacen dependientes a ellos, pero sí es importante que los tomes por un tiempo largo y bajo supervisión médica constante, acompañado de terapias psicológicas y psicosociales.
¿Qué otros problemas puedo tener?
Es posible que puedas tener otros problemas al mismo tiempo que las molestias que ya te hemos contado. Uno de estos problemas es el uso indebido y problemático de alcohol y otras drogas. También puedes presentar un trastorno por déficit atencional con hiperactividad y trastornos de ansiedad.
Recuerda que esta es una enfermedad que tiene tratamiento, por lo cual, buscar ayuda y conversar con alguien de tu confianza es fundamental para sentirte mejor y solucionar los problemas emocionales, conductuales y relacionales que puedas estar teniendo.
Fuente: Dra. Francesca Borghero Lasagna, psiquiatra infanto-adolescente, investigadora joven del Núcleo Milenio Imhay.
Nota original publicada en: www.sochitab.cl
Antes de la pandemia, las clases de computación podían ser esporádicas y se privilegiaba enseñar otros conocimientos.
Dra. Isabel Pavez, académica de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes e investigadora principal de Imhay.
Para explicar lo que significa proveer de dispositivos electrónicos a escolares sin enseñarles a usarlos, la académica de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Los Andes e investigadora de Imhay, Dra. Isabel Pavez, recurre a una comparación. “Es como que te pasen un libro sin enseñarte a leer”, señala al diario El Mercurio.
Y eso es justamente lo que parece haber ocurrido en algunas escuelas rurales del país, según evidencia un pequeño estudio-parte de una investigación Fondecyt- a cargo de la investigadora de Imhay.
Tras visitar y entrevistar a 32 directores, profesores, apoderados y estudiantes de localidades de Puangue, El Asilo, Huelquén y San Pedro, Pavez vio que si bien antes de la pandemia los adultos a su alrededor tenían la impresión de que por ser nativos digitales los escolares eran hábiles con las tecnologías de la información y la comunicación, una vez que llegó la pandemia y que cerraron los colegios, habrían notado que su capacidad para responder a los requerimientos en línea que se les hacían no siempre era adecuada.
“La pandemia fue una prueba a eso que habían pensado y a las supuestas habilidades digitales que estos colegios rurales habían entregado hasta 7° básico (la académica habló con alumnos y apoderados de ese curso). Los niños fueron expertos hasta que les dijeron bájate Classroom o entra a Zoom”, indica la investigadora de Imhay.
Durante su investigación, la Dra. Pavez también evidenció que varios profesores se mostraban poco hábiles en el tema. “Había profesores rurales que no saben hacer una llamada grupal en Whatsapp y llamaban uno a uno a los apoderados para darles información”, indica.
“Este es un estudio etnográfico súper acotado”, recuerda Pavez. “Pero quienes hablan permiten entender el contexto de la necesidad y del problema”, explica sobre estas comunidades.
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