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Entrevista a directora de Imhay por lanzamiento de Guía sobre Bienestar Emocional del Minsal

La directora de Imhay, Dra. Vania Martínez, fue entrevistada en CNN Chile respecto a la “Guía práctica de bienestar emocional” elaborada por el Ministerio de Salud, la cual entrega algunas recomendaciones para cuidar la salud mental durante el período de cuarentena.

Ve el video en el siguiente link:

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Directora de Imhay participará en webinar sobre telemedicina y telesalud

Esta actividad se enmarca dentro del lanzamiento de la «Guía de Buenas Prácticas y Recomendaciones para el uso de Telemedicina y Telesalud durante la epidemia de COVID-19 en Chile» elaborada por el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud y donde nuestro Núcleo Milenio fue una de las instituciones colaboradoras.

Este martes 14 a las 2:30 pm, se lanzará la primera versión oficial de la «Guía de Buenas Prácticas y Recomendaciones para Telemedicina en Chile»,  documento que entrega orientaciones y recomendaciones dirigidas a tomadores de decisiones y profesionales de la salud en la implementación de servicios de Telemedicina y atención de salud a distancia durante la epidemia de COVID-19 en Chile.

En este contexto, la directora de Imhay, Dra. Vania Martínez estará presentando el tema «Telesalud en Salud Mental: poblaciones especiales y jóvenes».

Programa preliminar: 

  • Introducción y Bienvenida, por Camilo Erazo, Gerente General CENS
  • Presentación del Documento, por Eric Rojas, Jefe Calidad CENS
  • Presentación Unidad de Telemedicina, Universidad de Concepción
  • Presentación Telesalud en Salud Mental: poblaciones especiales y jóvenes, por Vania Martínez, Académica Facultad Medicina U. Chile & Directora Imhay
  • Presentación Telemedicina en Sector Público, por Juan Cristóbal Morales, Jefe Salud Digital SS Metropolitano Sur Oriente
  • Presentación Telemedicina en Sector Privado, por Sebastián Valderrama, Encargado Programa Telemedicina Red de Salud UC Christus.
  • Panel de Preguntas.

Más info e inscripciones en: https://cens.cl/guia-buenas-practicas-telemedicina/

Descarga el borrador de la Guía AQUÍ

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Estrés en niños, niñas y adolescentes ¿Cómo reconocer y abordar los síntomas?

Frente al explosivo avance del Covid-19, gran cantidad de países han implementado diversas medidas para enfrentar la pandemia y adecuarse a este complejo escenario. Uno de los primeros resguardos tomados por las autoridades para  proteger a los grupos de riesgo entre los que destacan los niños, niñas y jóvenes, fue la suspensión temporal de las clases en aulas para todos los niveles.

Esta medida, según los expertos, es la más eficiente a la hora de evitar los contagios, pero trae consigo algunos efectos colaterales comomodificar las rutinas, actividades, hábitos y lugares que los estudiantes estaban acostumbrados a visitar, produciendo en muchos casos, desde aburrimiento hasta estrés.

Cuarentena = Estrés

Para los especialistas cualquier cambio de rutina puede ser catalizador de episodios de estrés, angustia y ansiedad en menores. Esto queda de manifiesto en un estudio de la Huaibei Normal University (China) y la National University Health System (Singapur) realizado en 194 ciudades de China tras el brote del COVID-19 en diciembre, donde el 53.8% de los encuestados calificó el impacto psicológico del virus como moderado o severo.

“En Chile la situación no es diferente”, expresa Vania Martínez, doctora en Psicoterapia de la Pontificia Universidad Católica y directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), agregando que “la situación que actualmente vivimos como país es de incertidumbre e inédita, por lo tanto, es esperable que haya cierto nerviosismo y preocupación en la población”.

Se recomienda que los adultos estén atentos y preparados para identificar signos de estrés o irritabilidad que los menores demuestren, ya que “todos los síntomas de estrés dependerán de las condiciones que los menores tengan para vivir la cuarentena. Por ejemplo, será más difícil para ellos si es que deben permanecer en un espacio pequeño con más personas. También dependerá de si hay más niños en la casa, o si el adulto que está a su cuidado necesita hacer teletrabajo y no puede propiciarle toda la atención necesaria”, señala Martínez.

Para María Fernanda Pérez, psicóloga infanto juvenil y terapeuta de juego, estrés y ansiedad, si las condiciones de cuarentena no son las mejores para niños y niñas, es muy probable que “se pongan mucho más demandantes e irritables. Estén constantemente pidiendo atención. Algunos podrían llegar a mostrar síntomas psicosomáticos como dolores de estómago, cabeza o  ponerse regresivos. Retroceden algunos años, actúan como bebés, se ponen más regalones, quieren dormir con los papás, pueden presentar terrores nocturnos, o hacerse pipí de nuevo”, enfatiza.

Las afecciones mentales en menores de edad son más comunes de lo que se imagina, tanto así que la Organización Mundial de la Salud señala que 1 de cada 5 niños o niñas sufre estrés o depresión. En este sentido, “son precisamente ellos quienes están en mayor riesgo frente a la cuarentena. Para quienes ya venían con grados de estrés o depresión, la recomendación es seguir en contacto con los equipos tratantes y no descontinuar tratamientos”, añade la psicóloga.

¿Cómo abordar esta situación?

Estar atentos a las condiciones y comportamientos de niños, niñas y jóvenes es primordial para poder llevar una cuarentena tranquila. Entre los principales cambios que se reflejan cuando la población escolar presenta síntomas de estrés, están el insomnio o mal dormir, conductas agresivas o comportamientos irritables. Vania Martínez, directora de Imhay, señala que “estas pueden crecer al  nivel  de ponerse violentos con ellos mismos o con otras personas. Nunca serán normales las ideas de suicidio o hacerse daño, y si se detectan, hay que consultar a un especialista de inmediato”. Y agrega: “en los niños va a depender de cómo los adultos manejan la situación. Es importante conversar al interior de la familia, planificar una convivencia mejor, y ver cómo podemos distribuir nuestros horarios y tareas”.

Para disminuir las posibilidades de estrés los especialistas recomiendan:

  • Crear rutinas con horarios establecidos para alimentación, aseo personal, estudio y sueño.
  • Motivar la actividad física.
  • Generar espacios de conversación y esparcimiento familiar.
  • Incluir espacios de calma, contención y cariño.
  • Limitar el uso de redes sociales y cuando se utilicen, guiar la interacción.
  • Fomentar redes de contactos. Invitarlos a que hablen con sus amigos y familiares por videollamada.

Al encontrarnos en una situación irregular que afecta a la sociedad en su conjunto,”es importante la flexibilidad, que la rutina no sea motivo de estrés, es decir, si no se comió toda la comida, si la casa está más desordenada, lo aguantamos”, recomienda la psicóloga María Fernanda Pérez, quien concluye que “si necesitas ayuda, pídela. Esta es una instancia para hacer las cosas de forma distinta y es importante pasar por todos los estados emocionales porque no los podemos negar”.

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Webinar sobre telepsiquiatría y telepsicología a cargo de la directora de Imhay

Debido a la situación de pandemia por coronavirus que nos toca atravesar a nivel mundial, muchos profesionales de la salud mental están prestando más atención a la telepsiquiatría y la telepsicología. En este contexto, la directora de Imhay Dra. Vania Martínez fue invitada a dictar esta videoconferencia por el sitio Cibersalud.

Ve el webinar en el siguiente link:

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Salud Mental en tiempos de COVID19

“Emociones como el miedo, la incertidumbre y ansiedad son normales en períodos de estrés como el que estamos viviendo actualmente en el mundo y de acuerdo con cómo nos adaptemos a esta nueva situación se puede transformar en algo negativo y difícil de manejar”, explicó la Psiquiatra y directora de Imhay, Dra. Vania Martínez.

La Dra. Martínez indica que actualmente el área de salud mental cuenta con la telemedicina, lo cual hace posible estar en contacto a distancia con los pacientes, transformándose en una ventaja en tiempos de cuarentena.

El 11 de marzo del presente año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la enfermedad por Coronavirus (COVID-19) como una pandemia global, situación que empeoró la crisis social por la que ya atravesaba Chile, reviviendo en sus habitantes sentimientos de incertidumbre, miedo, ansiedad y otras sensaciones negativas.

El ser humano a lo largo de la existencia se ha visto enfrentado a diversas situaciones de estrés que tienen efectos tanto físicos como mentales, sin embargo, el cerebro humano tiene la capacidad de adaptarse a estas situaciones y aprender de ellas. Al respecto, la psiquiatra infanto juvenil y Directora de Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Dra. Vania Martínez, explicó que “emociones como el miedo, la incertidumbre y ansiedad son normales en períodos de estrés como el que estamos viviendo actualmente en el mundo y, de acuerdo con cómo nos adaptemos a esta nueva situación, se puede transformar en algo negativo y difícil de manejar”.

Una de las recomendaciones a nivel global que apuntan a reducir el contagio del COVID-19 en un período relativamente corto y que tiene como objetivo evitar el colapso de los sistemas de salud públicos, es la cuarentena. Esta medida se centra en mantener un distanciamiento social, confinando a las personas en sus hogares por un tiempo determinado.

Niños y niñas, estudiantes escolares, universitarios y adultos han tenido que realizar sus actividades habituales de estudio, trabajo y entretención juntos y dentro de espacios reducidos como su hogar. Esto, si bien es una medida altamente eficaz para prevenir los contagios del COVID-19, también es estresante, por lo que la Dra. Martínez recomendó:

  • Es importante lograr una buena comunicación entre el grupo de personas que habita el mismo espacio, con el fin de llegar a acuerdos sobre horarios y uso de espacios más tranquilos, ya sea para estudiar y/o teletrabajar.
  • En caso de conflicto entre las personas es importante lograr espacios de conversación, pero no inmediatamente después de la discusión. Lo ideal es dejar pasar un tiempo y luego con más calma, comunicarse y plantear nuevos acuerdos.
  • Aquellos hogares que tienen niños pequeños y deben ser guiados en sus horas de estudio, es recomendable intentar hacer relevos entre los padres, en la medida de sus posibilidades, o establecer horarios de trabajo y estudio, con el fin de no entorpecer ninguna de las actividades.
  • Realizar actividad física adaptada al espacio y al estado físico de la o las personas con las que se convive.
  • Salir al menos a la terraza o asomarse a la ventana para tomar sol.

Señales de advertencia

Las señales de advertencia que debemos tomar en cuenta, según lo indicado por la Dra. Martínez son: “miedo y excesiva preocupación por la salud, cambio en los patrones de sueño y alimentación, dificultad para dormir y concentrarse a un nivel que no podamos realizar de manera más o menos normal nuestras actividades cotidianas”. Asimismo, informó de no poder manejar la situación, se recomienda:

  • Contar con una red de apoyo para conversar lo que siente.
  • Si se hace imposible realizar las actividades de forma normal, puede solicitar ayuda a un profesional que lo oriente y asesore.
  • Aquellas personas que padecían de un cuadro de salud mental, es importante mantener contacto con su equipo tratante y no dejar por ningún motivo su terapia, sobre todo si es farmacológica.

Por otra parte, la doctora también explicó que actualmente el área de salud mental cuenta con la telemedicina, lo cual hace posible estar en contacto a distancia con los pacientes, esto se transforma en una ventaja en tiempos de cuarentena, añadió.

Adultos mayores

Uno de los grupos de mayor riesgo de contagio del virus con peor pronóstico, son los adultos mayores y a pesar que mucho de  ellos  han pasado por situaciones de estrés en otras épocas, tales como guerras, crisis sanitarias y sociales el Psiquiatra e investigador asociado del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), Pablo Toro señaló, “mientras más crisis una persona haya vivido, con más recursos contará para enfrentar las dificultades, tal es el caso de los adultos mayores, sin embargo, ellos son más frágiles para enfrentar la enfermedad, por lo que es imprescindible que realicen la cuarentena total”. Además, agregó “actualmente la comunidad tiene un gran desafío solidario con los adultos mayores, que consiste en asistirlos en la realización de actividades como trámites, compras de medicamentos y mercadería para evitar que salgan y se contagien”.

Toro también recalcó que “en tiempos de aislamiento es importante apoyar socialmente a nuestros adultos mayores, a través de llamadas telefónicas, videollamada o visitándolos por la ventana”. En esta línea, la Dra. Martínez comentó “la televisión abierta es el medio más asequible para los ancianos, es un medio para mantenerse informados y entretenidos por lo que el desafío de los medios de comunicación social, es lograr tener contenido variado y amplio, evitando que todo se enfoque en la pandemia”.

Fuente: PAR explora RM Norte.

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Directora de Imhay participará en webinar sobre telepsiquiatría y telepsicología en tiempos de pandemia

El teletrabajo en psicología y salud mental requiere información contrastada, investigación y adaptaciones del setting terapéutico. Es dentro de este contexto que el sitio Cibersalud llevará a cabo el webinar:  «Telepsiquiatría y telepsicología en tiempos de pandemia por coronavirus» a cargo de la psiquiatra y directora de Imhay Dra. Vania Martínez.

Debido a la situación de pandemia por coronavirus que nos toca atravesar a nivel mundial, muchos profesionales de la salud mental están prestando más atención a la telepsiquiatría y la telepsicología.

Aunque la mayoría de centros especializados, instituciones y colegios de psicología han recomendado la videoconferencia, avalada en algunos países por leyes en telesalud, para continuar con los tratamientos terapéuticos online, esto no quiere decir que los profesionales sepan necesariamente cómo utilizar los recursos tecnológicos. Especialmente, si consideramos que las intervenciones deben asegurar la privacidad y confidencialidad de los datos de las personas involucradas en el proceso terapéutico.

La psicóloga Carolina Díaz presentará la Dra. Vania Martínez, quien cuenta con una amplia experiencia en psicoterapia, y un cuerpo importante de investigación en cuanto al alcance de las intervenciones online en salud mental y sus posibles adaptaciones al contexto iberoamericano.

La cita es este jueves 26 de marzo a las 16.00 hrs. en el canal de YouTube de Ciberpsicología.

 

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Cómo cuidar la salud mental en contexto de distanciamiento social por pandemia

A través de un streaming en vivo realizado por la unidad de comunicaciones de la Universidad de Chile, la psiquiatra, directora del Hospital Clínico Universidad de Chile e Investigadora Asociada de Imhay, Dra. Graciela Rojas, explicó cómo el aislamiento, distanciamiento social y otras medidas para proteger a la población de la pandemia del COVID-19 pueden redundar en problemas en la salud mental, y además da consejos para poder enfrentar un contexto como éste cuidando la misma salud mental. El público dejó sus consultas que fueron respondidas en vivo por la médica, también académica de la Facultad de Medicina.

Ve el video en el siguiente link:

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Recomendaciones en salud mental para el trabajo y educación a distancia en el contexto de distanciamiento social

Ante las medidas preventivas anunciadas por las autoridades, entre las que se encuentra el desarrollo de actividades laborales en los hogares, así como la permanencia de estudiantes universitarios y escolares en sus casas, la psiquiatra y directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Vania Martínez; y la académica del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), Carmen Sotomayor, entregan algunas claves para adaptarse a este nuevo escenario.

De acuerdo a la directora de Imhay, Dra. Vania Martínez, el estar sobreexpuesto a información puede provocar un aumento del estrés y la ansiedad.

La propagación del coronavirus covid-19 ha causado estragos en distintas regiones del mundo, donde se han tomado diversas medidas para controlar su avance. Chile no ha sido la excepción. Entre estas determinaciones de las autoridades se encuentra la inasistencia a clases para pre escolares, escolares y universitarios, y el trabajo remoto para algunos trabajadores.

Como señala la psiquiatra, Vania Martínez, “esta es una situación que nadie la planificó, y por lo tanto hay cierta incertidumbre de cómo tiene que ser esto, de qué manera”. Justamente ante esta incertidumbre, la también directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), a la que se suma la académica del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), Carmen Sotomayor, entregan algunas recomendaciones.

Planificar una rutina

“Como sugerencia tenemos planear una rutina dentro del lugar o donde se esté cumpliendo esta situación de aislamiento social, en la cual planifiquen sus horas tanto de estudio, como de distracción”, propone la profesora Martínez, agregando que es preciso mantener horarios regulares de alimentación y sueño, “y que ojalá haya un espacio para actividad física dentro de la casa”.

También, señaló, es importante evitar “exponerse a demasiada información”, además de verificar aquella que se está recibiendo”. Respecto a este punto, la investigadora del CIAE señala que es importante que las y los adultos puedan explicarle a los niños y las niñas lo que está pasando. “Yo creo que es un tema que a los niños les da curiosidad, o sea, que es interesante. De hecho, el currículum de ciencia aborda estos temas de las enfermedades, y está bien conectado a problemas de la vida”, detalló la especialista. Esto, agregó la profesora Sotomayor, “puede ayudar a que no se crea que estamos de vacaciones, sino que estamos cambiando la metodología de trabajo”.

Aislamiento social y salud mental

La recomendación de que no haya contacto social, advirtió la profesora Martínez, “para los jóvenes –también para los adultos- es bastante importante”. Esto, por las consecuencias que puede tener en lo que respecta a la salud mental.

A pesar que es importante que toda la población, pero particularmente los jóvenes –grupo en el que se especializa la psiquiatra académica de la Facultad de Medicina- “se mantengan en contacto con sus amigos a través de las redes sociales y todas estas tecnologías que hay ahora”, el estar escuchando las noticias y lo que está ocurriendo, “también hace que aumente este tema de estrés y de ansiedad”.

Respecto a esto último, la experta detalló que “hay síntomas que son físicos y que son psicológicos”. Si bien “no todos pueden expresar de la misma manera, los síntomas físicos pueden ser sudoración de manos  y taquicardia; y los síntomas psicológicos pueden ser excesiva preocupación, temor a lo que está ocurriendo, con inestabilidad en el ánimo, irregularidad e irritabilidad”.

Ante este escenario, un llamado que hizo la directora del Imhay es que “hay que pensar que ya hay personas que venían con cierta situación de estrés o ansiedad y que producto de este factor pudieran ver agravados esta situación”. Si son personas que estaban con algún tipo de tratamiento, indicó, “lo recomendable es que se contacten con su equipo tratante o su centro de salud para asegurar que se reciban su tratamiento adecuado”. Por su parte, “si son personas que nunca han consultado, pero están viendo que los síntomas están interfiriendo con su calidad de vida y su funcionamiento debieran consultar”.

Pero la profesora Martínez también llamó a la calma: “hay que tener claro que hay cierta reacción que es esperable y que sería normal. Nosotros hablamos de una reacción adaptativa frente a la situación”. Ante este contexto, “sí es normal estar algo preocupado, estar con esta situación de incertidumbre, de temor, pero no el punto de que esto nos afecte nuestro sueño, nuestras relaciones con otras personas; ahí ya pasamos a un cuadro”.

“Lo más común es el estrés y la ansiedad, pero también puede haber gente que pueda verse afectada en su estado de ánimo, con sintomatología depresiva, o gente que aumente consumo de alcohol y de sustancias como manera de manejar ciertas emociones, y eso pase a ser un problema”, advirtió Vania Martínez.

Coordinación y comunicación

Otra forma de abordar este escenario, indicó la psiquiatra, es que “dentro del hogar también se pueda conversar acerca de esto, y se puedan ir tomando acuerdos, ver los roles”. Por ejemplo, “si hay alguna persona que se enferma, evidentemente va a cambiar esta rutina y va a tener que tomarse otras condiciones”.

Educación y oportunidades para el aprendizaje

“Hay que entender que este tiempo va a ser distinto. O sea, tampoco hay que esperar que los niños aprendan igual a que como si estuvieran en la sala de clase”, advirtió la profesora Carmen Sotomayor, agregando que esto “va a depender mucho de las mamás y los papás”, considerando “si los niños van a poder tener algunas actividades que son importantes para su aprendizaje, como puede ser la lectura, o ver programas más como instructivos dentro de la televisión”.

En definitiva, indicó la especialista del CIAE, hay que “aprovechar los medios que se tienen y estar en contacto con los colegios para ver qué actividades les van a proponer los profesores”. Ante esto, sugirió que “no hay que esperar todo de los profesores y profesoras, porque va a ser difícil, pero los padres tienen que tener un rol, o los hermanos mayores, como motivarlos a saber más del tema”.

Este contexto, en términos del mundo educativo, tanto escolar como universitario, señaló la investigadora, “hay que pensarlo como una oportunidad de reconvertirnos en estas metodologías más contemporáneas que los chicos las conocen mejor que los adultos». Y no solo eso: “estamos todos aprendiendo a trabajar online, a tener reuniones, a hacer grabaciones y creo que eso es súper interesante desde el punto de vista pedagógico, que nos peguemos un salto”.

Fuente: Francisca Palma, comunicaciones UChile.
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Entrevista a investigador Imhay, Jorge Gaete, por efectos emocionales provocados por la pandemia por coronavirus

El investigador de #Imhay y académico de la Universidad de Los Andes, Dr. Jorge Gaete, explica en el programa #UnDíaPerfecto de Radio Pauta cuáles son los efectos emocionales que puede provocar el aislamiento social producto de la pandemia por coronavirus que actualmente afecta al mundo.

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Entrevista a Dra. Graciela Rojas: “Un tercio de los universitarios tiene síntomas depresivos”

Reproducimos la entrevista publicada en el diario La Segunda  donde la directora general del Hospital Clínico de la Universidad de Chile e Investigadora Asociada de Imhay, Dra. Graciela Rojas, realiza una radiografía al actual escenario de salud mental en los universitarios chilenos.

En la publicación, la investigadora de Imhay señala que los síntomas depresivos y ansiosos son los más predominantes en la población universitaria.

La primera mujer en dirigir el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, lo escribió en una columna en enero de 2019. Allí consignaba que los problemas de salud mental de los universitarios chilenos son cada vez más frecuentes y que influyen varios factores, desde la carga académica hasta la presión por cumplir expectativas.

Semanas después, en una publicación junto a otros colegas, dio los detalles precisos que arrojan las investigaciones: que el 27% de estos jóvenes presenta sintomatología depresiva severa, que el 24% consume alcohol de manera preocupante y que el 15% tiene trastornos de alimentación.

Sentada en la gran sala de reuniones al lado de su oficina de directora, en el quinto piso del hospital, Graciela Rojas -académica, doctorada en la universidad alemana J. W. Goethe de Frankfurt am Main, investigadora de la Iniciativa Científica Milenio- retoma el tema. “Hay que partir reconociendo que la preocupación por la salud mental de los universitarios fue evidente a partir de demandas de los propios universitarios. Partió en 2018, y con más fuerza el año pasado. El tema se discutió al interior de muchas universidades; incluso llegó al Ministerio de Educación y al Ministerio de Salud. Lo que sabemos es que los universitarios tienen prevalencias más altas que otros jóvenes de su edad en trastornos como depresión, ansiedad y consumo excesivo de alcohol y algunas sustancias ilegales. Eso se traduce en sintomatología ansiosa, depresiva, alteración del sueño y, también, mal rendimiento académico”, explica.

Usted ha dicho que una de las causas, paradójicamente, es que las universidades sean cada vez más inclusivas. ¿Por qué?
Lo que ha sucedido es que han ingresado grupos más vulnerables desde el punto de vista socioeconómico. Y los especialistas sabemos que esos grupos son también más vulnerables para presentar problemas de salud mental. Por lo tanto, si queremos ser más inclusivos, necesariamente vamos a tener más problemas de salud mental, porque son personas con menos apoyo económico, con menos medios para hacer frente a la vida universitaria. Muchos tienen que trabajar para financiarse o deben asumir créditos. Todo eso influye.

¿Qué pueden hacer las universidades por la salud mental en sus estudiantes?
Primero, medidas de prevención y promoción; eso significa campus universitarios con áreas verdes, espacios de esparcimiento, actividades deportivas, acceso a alimentos saludables. También, promover la salud mental; enseñar, por ejemplo, que deben dormir cierta cantidad de horas. Hay que ir desde una base de actividades, muy masivas, para ir subiendo en una pirámide más estrecha hacia arriba: hacer luego actividades con grupos de riesgo y, finalmente, acciones específicas con quienes ya tengan sintomatología clínicamente significativa. Un problema es que es grupo es reacio a las consultas.

El futuro se fue

¿Qué responsabilidad tienen los propios universitarios? 
Desde el punto de vista de la salud, nosotros hablamos de factores riesgos de las persona, no culpándolas. Entre esos factores pueden estar que en la familia haya trastornos psiquiátricos o que la persona haya sufrido maltrato. Pero hay otro aspecto que podemos incluir dentro de las responsabilidades: que te alimentes bien, que tengas un consumo moderado de alcohol. Algunos estudiantes no se cuidan.

El libro “Malcriando a los jóvenes estadounidenses”, del psicólogo Jonathan Haidt y el abogado Greg Lukianoff, sostiene que tras la ansiedad y la depresión de los universitarios está la sobreprotección de los padres. Eso los haría frágiles, hipersensibles, intolerantes a opiniones diversas. ¿Qué opina?
Más que sobreprotección, hay un aumento de la incertidumbre. Cuando hace 40 años uno entraba a la universidad, era un proceso muy selectivo y por eso, estando dentro, tenías un futuro asegurado. Con el correr de las décadas han ido disminuyendo las certezas y han ido aumentando las incertidumbres.

¿Pero estamos frente a universitarios frágiles e hipersensibles? 
No me atrevería a decir eso; más bien, veo que esa es una característica que en determinados períodos se instala en la sociedad; y hoy, por lo que está ocurriendo en el país, podría ser uno de esos momentos. Pero no diría que es específico de los universitarios.

¿Cómo afecta a la salud mental de los universitarios el estallido social que partió en octubre?
Creo que hay varias relaciones. Como las universidades se han hecho más inclusivas, muchas veces hay frustración, porque se les ofreció algo y como sistema no les estamos cumpliendo. No todas las carreras tiene garantizado un trabajo, muchos estudiantes egresan endeudados. Esos factores producen descontento y son parte de las demandas del movimiento social. En salud mental, la expectativa versus la realidad es muy relevante y puede ser muy angustiante. Además, cuando al interior de las universidades hay movimientos que impiden que otros vayan a clases, eso aumenta el estrés. Sobre todo a los estudiantes de provincia en Santiago, que deben pagar alojamiento y no saben cuándo van a reanudar las clases. La gente necesita certezas. 

Ellas beben, ellos lloran

En los estudios de salud mental en universitarios, las mujeres aparecen como quienes más tienen problemas.
Sí, en los trastornos mentales comunes hay una diferencia de género. En general, las mujeres nos deprimimos y nos angustiamos más que los hombres; pero los hombres tienden a consumir más alcohol y drogas que las mujeres.

¿Cómo se da eso en la etapa universitaria?
Hay una particularidad. En las generaciones más jóvenes esa diferencia no es tan grande como en los más viejos. Así, uno podría decir que las mujeres jóvenes se deprimen y se angustian más que los hombres, pero están entrando en el consumo de sustancias y alcohol como sus pares hombres. Y que los hombres jóvenes se están deprimiendo. O sea, tienden a igualarse en ambas situaciones.

Debe tener alguna explicación…
Una de las explicaciones es que hemos avanzado en la igualdad de género, porque estas diferencias no se debían al sexo. No es algo biológico, sino que se da, más bien, por la posición de la mujer en la sociedad. Y en la medida en que hemos avanzado en la igualdad de género, hemos ido igualando estos riesgos. Por lo demás, hay propagandas que estimulan el consumo de alcohol en las mujeres y ya no como algo mal visto. Y por otro lado, se acepta más que los hombres puedan deprimirse. Los hombres hoy tienen permiso para llorar y las mujeres para tomar.

¿Por qué se da en universitarios y no en gente de 40 o 50 años?
Es por la época. Los universitarios hoy son jóvenes que han crecido en una época con más igualdades de género que los que crecieron en los años 50 o 60. Por eso, en los viejos uno aún encuentra hombres que no saben ni freír un huevo, por decirlo de alguna manera. Eso no ocurre entre los jóvenes.

Cambios de conducta

Usted habla de que un 27% de nuestros universitarios presenta síntomas de depresión severa. ¿En otros países ocurre algo similar?
Claro, nuestras investigaciones han sido corroboradas por estudios internacionales, donde esta cifra llega a 30%. O sea, un tercio de nuestros estudiantes tendría algún grado importante de síntomas depresivos y de ansiedad. Nosotros los separamos del consumo de alcohol y sustancias, pero en la realidad se dan todos juntos. El consumo excesivo de alcohol produce sintomatología depresiva en los días siguientes.

O al revés: la depresión puede llevar al alcohol.
Sí. Están entrelazados.

Se comenta y se lee en redes sociales que desde octubre muchos han aumentado su ingesta de alcohol. ¿Es común en circunstancias así?
Sí. Hay estudios sobre las Torres Gemelas, por ejemplo: después de su caída, que fue un evento traumático, aumentó el consumo de alcohol en la población neoyorquina y la norteamericana. Lo mismo pasa con los terremotos y los eventos de la naturaleza, con los eventos sociales, con los eventos de gran magnitud.

¿Qué deberían estar mirando hoy los padres de los universitarios?
Debieran estar atentos a los cambios de conducta de los jóvenes; por ejemplo, un mayor retraimiento, que duermen menos, que están más desordenados. Ellos no van a decir: “Estoy deprimido, angustiado”. No necesariamente lo verbalizan. Pero si uno ve que se encierran en su pieza, que no quieren interactuar, que no quieren recrearse, que están más silenciosos; debieran acercarse a ellos y preguntar qué pasa.

Expertos hablan de la “soledad digital”: el aislamiento de los jóvenes conectados a pantallas. ¿Qué piensa? 
Yo pondría más énfasis en la conectividad digital que en la soledad digital. Los jóvenes están más conectados a una pantalla, pero a través de ella están conectados con una red. Y eso los ayuda. Es controvertido hasta dónde las redes son negativas o positivas. Yo pondría más el énfasis en los positivo. Antes, un joven de provincia estaba muy solo en Santiago; hoy está conectado por WhatsApp con su familia.

¿Esa excesiva conexión digital podría ser un factor en el aumento de depresión y ansiedad de universitarios? El libro de Haidt considera que sí. 
No me atrevería a hacer esa afirmación, excepto respecto al bullying, porque las redes sociales lo amplifican. Es muy negativo cuando redes sociales que no están bien reguladas son usadas para hacer bullying a un joven. Eso puede desestabilizarlo totalmente. Esos casos los hemos visto.