La adolescencia es considerada una etapa de la vida que conlleva grandes desafíos y uno de ellos es el lograr una comunicación fluida y basada en la confianza entre padres e hijos. Para abordar este tema, el Dr. Jorge Gaete, psiquiatra, académico de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes e investigador principal de Imhay entregó algunas claves para una comunicación efectiva en radio Maray de la región de Atacama.
La comunicación efectiva es un factor crucial en el desarrollo integral de los adolescentes. Al respecto, el Dr. Gaete, también director del Centro de Investigación en Salud Mental Estudiantil – UAndes, afirmó que mantener una buena conversación con los hijos en este período es fundamental para fortalecer su confianza, autoestima y mejorar la relación entre ambas partes.
Según el especialista, “tener conversaciones de temas tanto cotidianos como relevantes con los hijos de esta edad permite mantener el nivel de influencia de los padres durante la adolescencia y abordar nuevas dificultades en el desarrollo que aparecen en esta época, como la sintomatología emocional y conductas de riesgo”, menciona.
A continuación, el investigador de Imhay entregó seis consejos para mejorar la comunicación entre padres e hijos:
1) Observar: los padres deben ser capaces de reconocer las necesidades y las dificultades que observen a los cambios de humor.
2) Disponer de tiempos y espacios para que los adolescentes puedan saber que sus padres van a estar disponibles para ellos cuando lo necesiten.
3) Demostrar que uno confía en ellos explícitamente, depositándoles ciertas responsabilidades, por ejemplo, encargándoles alguna tarea cotidiana.
4) Diálogo: que la conversación sea un diálogo y no un monólogo.
5) Dar la oportunidad al adolescente de generar sus propias soluciones; para así, poder llegar a una solución colaborativa entre ambos, considerando tanto las necesidades de los hijos como las preocupaciones de los padres.
6) Límites claros: Si bien los adolescentes necesitan espacio para aprender y cometer sus propios errores, “es importante que esto ocurra en un ambiente cuidado y que tengan cierta estructura clara sobre dónde y cómo pueden moverse”, señaló el Dr. Jorge Gaete.
Escucha la entrevista a continuación:
El Estudio Longitudinal de Salud Mental Universitaria (ELSAM) del Núcleo Milenio Imhay, en el que participaron más de 7 mil estudiantes de cinco universidades CRUCH, reveló cinco ámbitos de problemas de salud mental: Trastorno Depresivo Mayor, Trastorno de Ansiedad Generalizada, Trastorno de Uso de Sustancias, Consumo Perjudicial de Alcohol, Alto Riesgo Suicida.
La Comisión de Convivencia Universitaria y Salud Mental del CRUCH en conjunto con Imhay llevaron a cabo el webinar “¿Cómo está la salud mental en nuestras comunidades estudiantiles universitarias?”.
Para reflexionar en torno a la problemática de salud mental en las comunidades estudiantiles universitarias, la Comisión de Convivencia Universitaria y Salud Mental del Consejo de Rectoras y Rectores de la Universidades Chilenas (CRUCH), junto al Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), llevaron a cabo el webinar “¿Cómo está la salud mental en nuestras comunidades estudiantiles universitarias?”, el miércoles 28 de junio.
En la instancia, la directora de Imhay, académica de la Universidad de Chile e investigadora principal del estudio, Vania Martínez, adelantó los principales resultados del periodo 2020-2022 del Estudio Longitudinal de Salud Mental Universitaria (ELSAM), también conocido como “EnlaUvamosjuntxs”.
Para el estudio se aplicó una encuesta a estudiantes de primer año de cinco universidades del CRUCH de todas las cohortes, orientada a identificar aspectos como: depresión, ansiedad, déficit atencional, manía, consumos de sustancias, riesgo suicida, autolesiones, trastorno de personalidad, historia de tratamiento, barreras para búsqueda de ayuda, experiencias adversas infantiles, estresores actuales, apoyo social.
El estudio, que tendrá una duración de cinco años, comenzó el año 2020 con estudiantes de la Universidad de Chile, sumándose en 2021 cuatro universidades más: la Universidad de Los Andes, la Universidad de Talca, la Universidad de O’ Higgins y la Universidad Austral de Chile. En esta segunda aplicación participaron 7.255 estudiantes, que corresponden a una tasa de respuesta total de 35% en promedio (42% mujeres y 26% hombres). “Esto en relación a otros países es bastante bueno, porque la mayoría de los países tienen un 10% de tasa de respuesta”, sostuvo la profesora Martínez.
Principales resultados
La aplicación de la encuesta permitió identificar cinco ámbitos de problemas de salud mental: Trastorno Depresivo Mayor, Trastorno de Ansiedad Generalizada, Trastorno de Uso de Sustancias, Consumo Perjudicial de Alcohol, Alto Riesgo Suicida. En estas dimensiones, mujeres y hombres presentan diferencias que en varios casos son significativas (ver cuadro comparativo).
Al respecto, Martínez destaca que en el caso de las mujeres se observan porcentajes más altos de depresión y ansiedad que en el trastorno de uso de sustancias, y que los hombres presentan una tasa mayor en el consumo perjudicial de alcohol. En cuanto al suicidio, son las mujeres quienes tienen un riesgo más alto que los hombres.
“Entre 2020 y 2022 vimos un aumento en el riesgo suicida de las mujeres, que nos da una alerta, pues de 6% en 2020 subió a 12% en 2022. Lo mismo ocurre en cuanto al consumo perjudicial de alcohol, que subió de un 16% a un 23% y que, preliminarmente, creemos que podría relacionarse con un nivel socioeconómico alto y con la disminución de brecha de género”, comentó la experta.
Con respecto a las principales barreras para buscar ayuda, identificaron la inseguridad de dónde ir o a quién consultar y el que las y los jóvenes prefieren afrontar el problema por su cuenta.
En relación con los grupos de riesgo que presentan ansiedad y depresión, el estudio permitió identificar los siguientes grupos de jóvenes: que pertenecen al grupo LGBTIAQ+; con un bajo nivel socio-económico; que tienen sobrecarga horaria; que no cuentan con un espacio adecuado para estudiar; que no tienen un computador personal; a quienes están en relación de pareja; y aquellas y aquellos que tienen una baja participación en actividades comunitarias.
Junto con los resultados de la encuesta, la experta también compartió un modelo multinivel de intervención en salud mental en estudiantes universitarios de seis etapas: educación y promoción de la salud mental; prevención y desarrollo de habilidades; detección y alerta temprana; soporte y servicios de salud mental; derivación oportuna; y manejo de crisis.
“Hemos visto que es importante abordar esto desde las universidades y creemos que, en forma transversal, el uso de las tecnologías de información y las comunicaciones son un aporte. También son necesarios los diseño participativos, donde las mismos jóvenes nos ayuden al diseño de la estrategia”, indicó la profesora Martínez.
Desafíos para las universidades
Posterior a la presentación, la presidenta de la sub comisión de Salud Mental del CRUCH y Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Temuco, Bertha Escobar, señaló que mucho de lo que se plantea en el estudio da cuenta de la precarización de la vida comunitaria. “Estamos en un minuto en que la convivencia de los estudiantes que están ingresando a la universidad es un tema. Por lo tanto, creo que un ingrediente importante tiene que ver con mirar lo relacional y lo social como una parte importante del problema”, relevó.
A esto, la Coordinadora del Departamento de Bienestar Estudiantil de la Universidad de La Serena, Patricia Astroza, añadió que “los modelos de intervención en salud mental debieran ser trabajados, desde la promoción de estilos de vida saludables y la prevención, con todos los actores que están involucrados dentro de las universidades”.
“Necesitamos evaluar las acciones que estamos realizando en las instituciones, compartir esos resultados y las buenas prácticas que se realizan y, por supuesto, trabajar de manera intersectorial, estableciendo los límites que tienen las intervenciones dentro de las universidades y cómo realizar el trabajo con la red primaria de atención”, opinó la profesora Astroza, quien relevó el trabajo que la Comisión de Convivencia y Salud Mental del CRUCH está desarrollando.
Frente a este panorama, Vania Martínez enfatizó la importancia de pasar a la acción, conectando con la evidencia científica y apuntando a la intersectorialidad para tomar mejores decisiones en los sistemas de salud y en las universidades.
“Ya sabemos que el problema está, que existe y que tenemos que avanzar en actuar. Lo otro es conectar con la investigación y presionar al sistema de salud para que también asuman su rol y a lo que deben dar respuesta. También hay otros ministerios y sectores que podrían influir en esta labor, así apuntar a un trabajo intersectorial”, indicó Martínez.
Asimismo, la investigadora de Imhay y candidata a doctora en el Servicio de Salud e Investigación Poblacional del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres, Scarlett Mc- Ginty, señaló que ahora lo importantes es cómo podemos tener modelos que puedan integrar a toda la comunidad universitaria y en específico a la academia en la prevención de la salud mental.
“Muchas veces escuchamos de los jóvenes que la universidad es un factor de riesgo y esto no es necesariamente verdad, pues la universidad también puede ser un factor protector. Entonces hay un desafío acá de cómo se integra la salud dentro del currículum y dentro de toda la acción en el quehacer de las universidades en su conjunto”, indicó Mc- Ginty.
Sobre esto, Bertha Escobar, planteó que también es necesario “revisar hasta dónde debemos llegar como universidades. Cada vez que hay una patología declarada ya estamos llegando tarde y hay costos personales, sociales y académicos. Se necesita un trabajo con el sector público, cuyo presupuesto de salud mental dentro del presupuesto de salud sigue siendo muy precario”.
Sobre ELSAM
Cabe destacar que el estudio longitudinal se enmarca en un proyecto internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) titulado World Mental Health International College Student Initiative (WMH-ICS), liderado por la Universidad de Harvard y con presencia en 18 países, que busca generar datos epidemiológicos, evaluar intervenciones basadas en internet y diseminar las iniciativas que demuestren eficacia.
“Ser parte de esta iniciativa internacional hace que podamos comentar estos resultados con otros países y también conocer los datos de estos acerca de las intervenciones que están haciendo”, señaló Vania Martínez sobre la diferencia con otros tipos de estudio que no están estandarizados internacionalmente.
Fuente: Comunicaciones CRUCH
Ve el webinar a continuación:
Es una de las edades más complejas debido a distintos procesos del desarrollo. Sin embargo, los especialistas dicen que mantener una buena conversación con los jóvenes es clave para su confianza y autoestima. Para conocer cuáles son las claves de una buena comunicación entre padres e hijos, fue entrevistado por El Mercurio el Dr. Jorge Gaete, investigador principal de Imhay.
Hablar con los hijos durante el período de la adolescencia podría parecer un desafío, pero es clave para su bienestar, y el de toda la familia, ya que de lo contrario se pueden generar roces familiares, dicen los expertos.
Jorge Gaete, psiquiatra, académico de la U. de los Andes e investigador del Núcleo Milenio Imhay, agrega que poder tener conversaciones de temas tanto cotidianos como relevantes con los hijos de esta edad “permite mantener el nivel de influencia de los padres durante la adolescencia y abordar nuevas dificultades en el desarrollo que aparecen en esta época, como la sintomatología emocional y conductas de riesgo”, entre otros.
1.- Tener tiempo
“Hay que tener tiempo o hacerse el tiempo para que los adolescentes puedan saber que sus padres van a estar disponibles para ellos cuando lo necesiten”, señala Gaete. Esto implica actividades como comer o salir a ver una película juntos.
Además, agrega que si bien puede haber dificultades propias de la época, un estudio reciente en el que participó reveló que los adolescentes “se quejan que a medida que ellos crecen los padres empiezan a tener menos disponibilidad para ellos, para conversar y entregarles ayuda”.
2.- Observar
Los progenitores también tienen que estar atentos a cambios en sus hijos. Deben ser capaces de “reconocer sus necesidades y las dificultades que tengan al observar cambios de humor o en su conducta. Por ejemplo, si se han ido retrayendo”, acota Gaete. “Si yo no los observo ni los conozco, no puedo estar sintonizado con las necesidades que tienen y estar atento para poder ofrecer ayuda también”, precisa.
3.- Confianza
Estas acciones previas permiten generar una base de confianza de forma implícita, pero también “hay que demostrar que uno confía en ellos explícitamente, depositándoles ciertas responsabilidades, por ejemplo, encargándoles alguna tarea cotidiana que puedan realizar, como arreglar la puerta de la cocina”, añade. “Eso también va construyendo confianza”, lo que facilita comunicarse con ellos, indica.
4.- Escucha activa
Si un padre inicia una conversación, “se debe partir preguntando en vez de afirmando; preguntar, por ejemplo, qué piensan ellos de determinada situación o cómo se sienten al respecto”, señala Duarte.
Al escuchar sus respuestas, se debe empatizar. “No juzgarlos; valorar y validar las emociones, y tratar de entender los problemas por los cuales están pasando. Hacerles ver que pueden entender lo difícil que puede ser y lo tristes que se pueden sentir”, puntualiza Gaete.
5.- Diálogo y no monólogo
Otra estrategia es asegurarse de que “la conversación sea un diálogo y no un monólogo, ni del adolescente hacia el adulto, ni del adulto hacia el adolescente”, enfatiza Gaete.
En esa vía, dice Duarte, “cuando hablamos, hay que ser directos y concisos, no repetir la idea una y mil veces”. También, indica Salas, se deben “reforzar los aspectos positivos antes de centrarnos en lo que se podría mejorar”.
6.- Soluciones en conjunto
Asimismo, “si hay que tomar decisiones respecto de algún tema importante, se debería construir un acuerdo que, dentro de lo posible, respete ambas posturas”, apunta Duarte.
Primero, “se debería dar la oportunidad al adolescente de generar sus propias soluciones, por ejemplo, al preguntarle, ¿cómo podría llegar más temprano?, de ahí se puede conversar para llegar a un desenlace en el que se puedan satisfacer tanto las necesidades de los jóvenes, por ejemplo, de pasarlo bien en la fiesta, y las preocupaciones de los padres, como el que llegue a la casa sin inconvenientes”, ejemplifica Gaete.
7.- Límites claros
No obstante, también hay que “ser claros cuando las situaciones sobrepasan los límites y actuar de acuerdo a lo establecido, por ejemplo, en los reglamentos de convivencia escolar”, agrega Salas.
Duarte concuerda: “Se deben poner reglas y límites claros. Si bien los adolescentes necesitan espacio para aprender y cometer sus propios errores, es importante que esto ocurra en un ambiente cuidado y que tengan cierta estructura clara sobre dónde y cómo pueden moverse”.
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Un presidente que habla abiertamente sobre su trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el mayor programa de prevención de suicidio de Latinoamérica o el protocolo inédito de un conocido mal: Chile toma la delantera regional y encara sin complejos y de manera transversal su crisis de salud mental.
Se estima que uno de cada cuatro chilenos sufre problemas de salud mental, entre ellos el mandatario Gabriel Boric, quien padece TOC desde la adolescencia y en 2018 sorprendió anunciando que se tenía que ingresar dos semanas para tratárselo.
El exlíder estudiantil ha hecho de la lucha contra el estigma una de sus banderas, aprobando leyes como la que garantiza la inclusión de personas con trastorno del espectro autista (TEA), y ha prometido «la mayor inversión en 30 años» en salud mental.
«Durante demasiado tiempo ha sido un tema tabú que ha contribuido a la discriminación y el aislamiento», dijo recientemente en un foro de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Momento único de conciencia
Chile, según la OMS, es uno de los países de la región donde la prevalencia de enfermedades mentales es más alta, una situación que se ha acrecentado con la pandemia, especialmente entre los jóvenes. De acuerdo al Ministerio de Salud, solo una quinta parte tiene acceso a un tratamiento periódico.
Para Isabel Puga, presidenta del Colegio de Psicólogos, Chile tiene unas «peculiaridades» que lo distinguen de la región y aumentan el «riesgo» de la población a sufrir trastornos, como su idiosincrasia o su modelo socioeconómico.
«No somos tan buenos para las fiestas, somos más bien introvertidos (…) Nadie conversa con nadie en un ascensor o en el metro. Siempre estamos muy serios», afirmó a EFE.
A eso, apuntó, se suman las numerosas catástrofes ambientales vividas a lo largo de la historia y el modelo neoliberal instalado durante la dictadura (1973-1990), que fomentó la «individualidad» y la «sensación de soledad».
Pese a ello, para Vania Martínez, académica de la Universidad de Chile y directora de Núcleo Milenio Imhay, Chile «está en un momento único de toma de conciencia transversal», lo que explica el aluvión de iniciativas en pro de la salud mental.
«Ha habido un gran cambio y no es solo a raíz de la pandemia. Ya en el estallido social de 2019 se instaló la idea de cuidar la salud mental», indicó a EFE.
Un sondeo de octubre de Ipsos colocó a Chile entre los países más preocupados del mundo por este tema, solo después de Suecia.
«La gente está mucho más abierta e incluso se presume de ir al psicólogo y hacer terapia, algo impensable hace años», agregó Puga.
Presupuesto insuficiente
Si bien Boric «ha puesto aún más sobre el tapete el tema», desde el Colegio de Psicólogos recuerdan que Chile ya rompió barreras regionales en el 2000, cuando el Gobierno del socialdemócrata Ricardo Lagos implantó el Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría.
Puga, quien participó en su confección, relató que el plan tuvo influencias de Canadá y Reino Unido y que, en general, ha sido respetado por casi todos los Gobiernos posteriores: «El modelo actual es bastante bueno, solo tiene un pero: el presupuesto», advirtió.
De toda la partida de salud en Chile, el 2,4 % se destina actualmente a salud mental, una cifra inferior a la mediana mundial (2,8 %) y al gasto en los países de ingresos altos (5,1 %), según la OMS.
«Si nos comparamos con otros países de la región, efectivamente hemos hecho avances. Tenemos patologías garantizadas en el sistema público, psicólogos en atención primaria y en escuelas, pero es insuficiente», enumeró Martínez.
Ve la nota original publicada en el diario español La Vanguardia AQUÍ
Para reflexionar acerca de esta pregunta la Comisión de Convivencia Universitaria y Salud Mental del Consejo de Rectores, junto al Núcleo Milenio Imhay invitan a un webinar donde se presentarán los resultados 2020 a 2022 del Estudio Longitudinal de Salud Mental Universitaria (ELSAM).
En la actividad, que se realizará en formato online el próximo miércoles 28 de junio desde las 15 horas, expondrá la directora de Imhay, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y encargada del estudio, Dra. Vania Martínez.
El webinar será moderado por Patricia Astroza, Coordinadora del Departamento de Bienestar Estudiantil de la Universidad de La Serena y comentará Bertha Escobar, Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Temuco.
En el diario La Segunda, la exdirectora del Hospital Clínico de la U. de Chile e investigadora senior del Núcleo Milenio Imhay, que acaba de lanzar un libro sobre la depresión, sostiene que “los médicos generales en los consultorios debieran estar capacitados para tratar farmacológicamente las depresiones leves”.
Fue el animador Jean Philippe Cretton quien entregó su testimonio en el lanzamiento y agradeció el libro de los especialistas de psiquiatría y psicología de la Universidad de Chile: «La depresión: ¿Enfermedad o sufrimiento vital?» (Editorial Universitaria, 2023).
“Queremos transmitir a la población distintos aspectos de esta enfermedad tan frecuente, pero también tan compleja y estigmatizada como es la depresión. Es un libro que pretende contribuir a que el camino para llegar al tratamiento efectivo sea expedito”, dijo entonces la editora Graciela Rojas, psiquiatra, académica del Hospital Clínico de la U. de Chile e investigadora senior del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay).
“Una de las barreras que existen para que la gente consulte y se trate es la falta de reconocimiento por parte de la persona que sufre y de su entorno familiar, laboral y social, respecto a la sintomatología y a todo lo que significa tener una depresión”.
Según el reciente informe del Termómetro de Salud Mental en Chile ACHSUC, un 17,5% de las personas encuestadas exhibieron síntomas asociados a salud mental, un aumento de dos puntos comparado al año anterior, principalmente impulsada por un deterioro en mujeres.
¿La depresión es una enfermedad o un sufrimiento vital?
Todas las personas sufrimos eventos que pueden ser muy catastróficos, como puede llegar a ser la muerte de un hijo, por ejemplo. Es natural que la persona se sienta desanimada, angustiada, pero esos sentimientos debieran ser concordantes con la magnitud del evento y, transitorios, en la medida que pasa el tiempo. Son cifras arbitrarias, pero se espera que una persona se demore un año aproximadamente en elaborar un duelo. Cuando la persona cae enferma, por esa razón o, aparentemente sin razón, hablamos ya de una enfermedad que debe ser diagnosticada y tratada. Se requiere de la presencia de síntomas emocionales, cognitivos, físicos y esta discapacidad que es el no poder seguir con tus actividades habituales.
El libro habla de la depresión en los distintos ciclos de vida, comenzando por los niños. Hoy resulta fácil observar que los psiquiatras infantoadolescentes están totalmente sobrepasados. Al parecer, cada vez aparecen trastornos severos en niños más pequeños.
—Desde hace unos 30 años se reconoce que los niños también sufren de depresión. Antes de eso, se definía que la depresión debutaba en la adolescencia, por los cambios hormonales. En los niños se da, generalmente, en relación a una dinámica familiar patológica, en la cual puede haber maltrato, violencia, descuido, negligencia, etc. Los niños manifiestan las alertas a través del juego, se retraen, se aíslan; aparece el desánimo, irritabilidad y rabia. Ha habido muchas crisis entre adolescentes y preadolescentes después de la pandemia, con intentos de suicidio, y otras autoagresiones o con episodios depresivos que les impiden llevar una vida normal. Yo creo que la sociedad chilena no estaba preparada para una crisis de esta magnitud. Hemos visto también un nuevo fenómeno relacionado con la violencia entre pares a nivel escolar. Los niños no están viviendo un ambiente sano.
¿Qué es lo que se puede hacer de manera inmediata?
La capacidad formadora ha aumentado mucho los últimos años, pero necesitamos más psiquiatras y también una mejor distribución de esos recursos, porque si tú vives en Las Condes, Providencia, Vitacura, vas a tener relativamente fácil acceso a un psiquiatra. Otro problema es cuánto te cuesta. En otros lugares de Santiago, o en regiones, ese acceso no es tal. Hay que resaltar la importancia de la psicoterapia, sobre todo en las depresiones más leves que no necesariamente requieren fármacos. En el caso de los niños, generalmente implica una intervención sistémica a nivel de la familia. En general en Chile, en comparación con Argentina, hemos sido mucho más reacios a ese tipo de intervenciones. Eso ha ido cambiando en los últimos años, pero la población chilena tiende más a los fármacos que a la psicoterapia.
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Los especialistas dicen que es probable, pero advierten que esto podría pasar sobre todo en la población infanto-juvenil que carece de apoyo y vínculos. Los riesgos son el aislamiento y el atrofiamiento de las habilidades sociales. Sobre este tema fue entrevistada la directora de Imhay, Dra. Vania Martínez.
“Una cosa que alguien me dijo recientemente y que se me quedó grabada es que están bastante seguros de que sus hijos van a tener más amigos IA (inteligencia artificial) que amigos humanos”, dijo recientemente Sam Altman, cofundador y CEO de OpenAI, durante una entrevista. “Y no sé cuáles van a ser las consecuencias”.
Sus palabras no parecen estar lejos de la realidad. La app de mensajería estadounidense Snapchat ya tiene “My AI”, un chatbot impulsado por la tecnología GPT de OpenAI. Esta función fue lanzada en febrero para los suscriptores de pago de Snapchat+. Pero en abril, la empresa anunció que quedaría disponible a la audiencia global de Snapchat de forma gratuita.
“A la persona se le puede empezar a olvidar que esto es un chatbot y comenzar a tener la idea de que está hablando con su mejor amigo o que está hablando con una celebridad como Lionel Messi”, si, por ejemplo, se decide a caracterizarlo de esa forma, explica Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente, académica de la U. de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay.
Según ella, “los niños —aunque no deberían tener acceso a este tipo de tecnología— y adolescentes, aún en etapa de desarrollo, y sobre todo aquellos que tienden a ser introvertidos o con menos habilidades sociales, podrían ser más vulnerables frente a ello”.
Esto, especialmente considerando que en Chile y en el mundo, adolescentes “se relacionan con personas en línea, que identifican como amigos pero que no conocen en la vida real y, en algunos casos, no les han visto la cara”, agrega. De ahí, Martínez opina, “el paso a que el amigo sea un chatbot, es poco”.
Además, “probablemente puede ser más amable para algunos relacionarse con chatbots, que ofrecen varias opciones y no te enjuician, que con una persona que te puede criticar o puede incluso no contestarte”, añade.
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Invitada a Emol TV, la académica de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay, Dra. Vania Martínez, conversó respecto a los anuncios y reflexiones en el ámbito de la salud mental que hizo el Presidente Gabriel Boric en su última cuenta pública.
De acuerdo a la Dra. Martínez, cuando se habla de salud mental también se debe hablar de un bienestar integral. “Siempre en nuestra mente está la necesidad de la atención, de los tratamientos, más psicólogos, más psiquiatras, pero, en realidad, la salud mental es mucho más allá que eso. En la cuenta pública también hay anuncios que tienen que ver con seguridad, con deportes, con ciencia y todos esos elementos apuntan a un mejor bienestar y mejor salud mental de la población. Pero, sin duda, que el sector salud requiere mayor inversión”, indicó.
En nuestro país, se invierte en salud mental alrededor de un 2,4 por ciento de todo el presupuesto de salud y lo prometido por el gobierno es llegar a un 5-6 por ciento al final de su período. “Entonces, se requiere para el próximo año un decidido aumento para que así no vayamos quedando al debe”, indica la directora de Imhay.
Respecto al anuncio realizado por el Presidente en cuanto a construcción de nuevos Centro de Salud Mental (Cosam), la especialista indicó que: “si bien es importante la construcción de estos centros de salud, también necesitamos reforzar la atención primaria y que haya, no sólo mayor acceso, sino que los tratamientos sean de calidad. Hemos visto cómo, muchas veces, la atención que se hace ahí es breve y muy esporádica”.
Y agregó que “no se puede hablar de psicoterapia si es que voy a un psicólogo una vez al mes. Eso en ninguna parte del mundo ha demostrado que tenga un impacto en una mejor salud mental. Por lo tanto, ahí es donde necesitamos poner hartos refuerzos para la atención. Y para qué hablar de prevención y promoción, donde actividades con la comunidad y con el intersector como educación son importantes. Allí tienen un gran rol las comunidades educativas para favorecer una promoción del bienestar y prevención de problemas de salud mental”.
Ve la entrevista en el siguiente link:
El documento, dirigido a los gobernantes y presidentes de bancos centrales que conforman el Grupo de los Veinte, otorga una hoja de ruta y un conjunto de políticas que buscan integrar las capacidades e infraestructura de atención médica digital, para un acceso asequible, inclusivo, equitativo y universal.
Alicia Núñez y Vania Martínez, investigadoras de Imhay que formaron parte del equipo que que entrega un conjunto de políticas que buscan integrar las capacidades e infraestructura de atención médica digital
A pesar de los avances que el mundo ha conseguido en temas de conectividad y comunicación, acceder a servicios de salud aún representa un desafío para algunos grupos de la población, como los ancianos, personas pobres o que viven en zonas rurales. Las plataformas de salud digital, que vieron ampliado su uso con la pandemia por Covid-19, han permitido que los proveedores de salud proporcionen atención y tratamientos, facilitando cada vez más su acceso a la población.
Hoy, el acceso digital universal a la atención médica inclusiva es parte de la visión del G20 para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (buena salud y bienestar), pero presenta desafíos al no existir un marco unificado o esfuerzo concertado que entregue una hoja de ruta a los países para lograrlo.
La académica del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la FEN U. de Chile e investigadora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Alicia Núñez; la directora de Imhay, Vania Martínez; el académico del Department of Information and Decision Sciences, University of Illinois at Chicago, Arkalgud Ramaprasad; y SD Sreeganga, estudiante de Ph.D., en O.P. Jindal Global University, elaboraron el documento denominado Pathways to Universal Digital Access to Inclusive Healthcare in the G20, que entrega un conjunto de políticas que buscan integrar las capacidades e infraestructura de atención médica digital, para un acceso asequible, equitativo y universal. Estas se basan en un marco ontológico de acceso digital universal a la atención médica inclusiva, que permita formalizar y transferir conocimientos; generar retroalimentación y aprendizajes de su implementación para los países dentro y fuera del G20; y mapear el estado de necesidad y práctica del acceso digital.
La académica Alicia Núñez sostiene que este trabajo surgió a partir de “que la atención médica digital está sucediendo hoy en día y está cambiando la forma en que se realizaban las atenciones de salud. Por lo tanto, es necesario integrarlas en la vida diaria y aprender de los esfuerzos de desarrollo e integración que han realizado diversos países”.
Añadió que es importante “contar con una hoja de ruta o guía que nos permita lograr que este tipo de atenciones digitales sean equitativas, para así lograr un acceso universal. En este resumen de recomendaciones de políticas de salud proporcionamos un marco claro, conciso y completo para promover un acceso digital universal a una atención médica inclusiva digital”.
Recomendaciones
Las recomendaciones entregadas por los autores al G20 se ordenan de acuerdo con el marco ontológico y están alineadas con investigaciones, políticas, y recomendaciones de la OMS, las agencias de la ONU, experiencias del equipo de trabajo y otros organismos. Su priorización se establece en base a las necesidades de cada país.
–Salud digital: Las prioridades políticas de salud digital deben estar alineadas, adaptadas y moldear las preferencias de salud de cada país. El acceso digital debe diferenciar e integrar los requerimientos de la salud física, mental y atención médica holística; y soportar los requisitos de las diferentes etapas de atención, que incluye los avances en el conocimiento médico, la demografía, los requerimientos de la población y las políticas de salud, desde la preconcepción hasta la muerte.
La atención médica digital debe estar integrada, centrada en las personas, ser interoperable y con alta fidelidad. También, debería ayudar a generar datos para determinar las intervenciones más efectivas y eficientes; terminar con el trabajo pesado y repetitivo, eliminar el papeleo, ayudar a tomar mejores decisiones, entre otros. La gobernanza de la salud digital debe estar alineada con la estructura de gobernanza de salud del país y sus requisitos legales.
–Acceso a la atención médica digital: El acceso digital es necesario, pero no suficiente para una asistencia de salud eficaz y eficiente. Debe ir de la mano con el acceso físico (en persona), y equilibrarse en función de los requisitos de atención médica, el personal y la población.
El acceso digital debe abordar los nuevos desafíos de comunicación, cumplimiento, adherencia, motivación y comportamiento; asimismo, deben transformar la escala y el alcance de la atención médica, aprovechando la digitalización, y no solo satisfacer los requisitos actuales y automatizar la entrega de servicios de salud actual. Debe ser equitativo y reducir las disparidades en la atención médica.
–Personal que entrega atención médica digital: El acceso digital debe estar disponible para todos los proveedores de atención médica en función de su labor, requisitos y la necesidad que satisfacen. Deben ayudar a automatizar, informar, y transformar su papel en la prestación de atención médica.
El acceso digital para la atención médica de una persona debe ser transferible entre proveedores; ofrecer programas específicos de enfermedades y atención centrada en el paciente; ser confiable, privado, confidencial y seguro; respaldar e integrar las funciones de atención médica especializada de los proveedores; y estar incluido en el plan de estudios, su formación y competencias.
-Población receptora de asistencia médica digital: El acceso digital debe estar disponible para toda la población en función de sus requerimientos, necesidades, ubicación y recursos y ser mapeados en detalle.
Las personas deben ser socias en el diseño, desarrollo y entrega del acceso digital a la salud. Sus sensibilidades culturales deben ser parte del proceso.
Los datos agregados deben ponerse a disposición de los investigadores y los encargados de formular políticas, para evaluar la eficacia de los programas y las intervenciones.
-Fuerzas que mueven la salud digital: Las políticas de acceso digital a la salud deben establecer normas, ayudar a superar las barreras de acceso y los impulsores, como la educación, los incentivos y la flexibilidad operativa. Las políticas de gobernanza, legales y regulatorias deben establecer normas para el acceso digital a la atención médica. La ética de la prestación y recepción de asistencia sanitaria digital debe normalizarse y desplegar recursos para cumplir las normas de gobernanza, legales, reglamentarias y éticas, incluso a costa de introducir barreras o disminuir los impulsores de salud.
Se deben implementar recursos para superar las barreras al acceso digital a la atención médica, como la calidad de la conexión, las actualizaciones frecuentes de los sistemas operativos y las plataformas, y la fatiga del personal.
-Recursos digitales: Los recursos tecnológicos y financieros son necesarios, pero no suficientes. Los recursos tecnológicos deben ser accesibles para el personal y la población; estar disponibles en todas las etapas y enfoques de la atención de la salud, y cumplir con los requisitos de calidad de los usuarios. Los recursos financieros sustentan la disponibilidad, accesibilidad y calidad de todos los recursos y del sistema. También, deben garantizar su continuidad en todas las ubicaciones y tiempo, las dos ventajas claves del acceso digital sobre el acceso físico.
Los recursos humanos deben diseñar, desarrollar y operar el sistema de manera efectiva y eficiente; y soportar las funciones de la tecnología para el personal y la población. Los recursos informativos deben informar y transformar el acceso digital universal a la atención médica universal. La información debe incluir la población, el personal; y proporcionar soporte para transacciones, decisiones, interpretación y desarrollo del conocimiento.
Los recursos espaciales deben estar disponibles y accesibles, para el personal y los destinatarios, y así mantener la confidencialidad, privacidad y seguridad de su interacción. Los recursos de infraestructura son recursos físicos no tecnológicos, como edificios, plomería, administración y otros, que apoyan al personal y población. Los recursos temporales ayudan a igualar la disponibilidad y accesibilidad del personal sanitario y destinatarios. También, aseguran la provisión de servicios de atención médica de emergencia episódicos, y los servicios continuos.
-Acceso digital universal a la atención médica inclusiva: El éxito en proporcionar acceso digital universal a la atención médica inclusiva dependerá de su gobernanza a nivel local, nacional y global. Además de formular políticas, la gobernanza debe incluir la misión de generar conocimiento y aplicarlo a través de la investigación formal y la evaluación de políticas y prácticas. Debe estar alineado e integrado con la misión de salud digital del país y utilizar el ecosistema creado por dicha misión de manera efectiva. Cada país, debe desarrollar un sistema de aprendizaje continuo con retroalimentación.
Fuente: Comunicaciones FEN
¿Cuáles fueron los impactos directos que provocó la pandemia en el bienestar de los adolescentes y jóvenes? ¿Qué lecciones nos dejó el haber vivido esta crisis de salud mundial? ¿Qué estrategias se pueden implementar para contribuir a una mejor salud emocional de la juventud ya pasada la pandemia? Éstas son algunas de las interrogantes que se abordarán en esta actividad online y gratuita.
La pandemia por Covid-19 provocó un alto impacto en la vida de las personas, siendo la salud mental una de las áreas de la salud que más se vio afectada. En este contexto, la juventud fue el grupo que se vio mayormente resentido en el ámbito psicológico y es que las medidas sanitarias implementadas, tales como el confinamiento prolongado y las extensas cuarentenas provocaron un aumento en sus niveles de estrés, ansiedad y síntomas depresivos.
En esta conferencia se revisarán algunos de los principales efectos de la pandemia sobre la salud mental de la juventud. Además, se abordarán aquellos factores asociados con el aumento de problemas psicológicos y entregarán algunas estrategias efectivas de afrontamiento.
De esta manera, la actividad online buscará generar una conversación sobre la prevención de los problemas de salud mental y la promoción del bienestar en el contexto postpandémico.
DIRECCIÓN
Profesor Alberto Zañartu n°1030
Independencia, Santiago de Chile
Núcleo para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
Imhay 2025