Álvaro Jiménez-Molina y Vania Martínez son editores del libro New Perspectives on Suicidal Behavior, que reúne aportes de expertos nacionales e internacionales, ofreciendo nuevas aproximaciones culturales y clínicas para comprender, evaluar y prevenir la conducta suicida. La publicación también cuenta con la participación de otros especialistas de nuestro centro.

Los investigadores de Imhay, Dr. Álvaro Jiménez-Molina y Dra. Vania Martínez, editores de la publicación internacional sobre conducta suicida.
Un grupo de destacados investigadores del Núcleo para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) ha publicado el libro New Perspectives on Suicidal Behavior: Cultural Context, Clinical Assessment, and Intervention, una obra que profundiza en la conducta suicida desde una perspectiva cultural y clínica. Este libro, editado por los investigadores Álvaro Jiménez-Molina, académico de la Universidad San Sebastián y Vania Martínez, académica de la Universidad de Chile, fue publicado por la editorial Springer y reúne a expertos internacionales y nacionales en el tema.
La introducción de la obra plantea que el suicidio constituye un desafío crítico para la salud pública mundial, con más de 700.000 muertes anuales y siendo la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. A pesar de los avances, persisten vacíos importantes en la comprensión de los factores de riesgo y protección, así como en la efectividad de las intervenciones preventivas. Los editores subrayan la necesidad de abordar la conducta suicida desde una mirada multidimensional que considere los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales, especialmente en comunidades que han sido menos estudiadas, como los pueblos indígenas y la población LGBTQ+. Asimismo, destacan el rol de las tecnologías digitales y la urgencia de diseñar estrategias más inclusivas, culturalmente sensibles y basadas en la evidencia para la prevención y postvención del suicidio.
Esta publicación constituye una valiosa instancia para reflexionar sobre los avances alcanzados en la investigación del suicidio en distintos contextos. Reúne aportes de especialistas de diversos países y enfoques, ofreciendo una panorámica amplia y actualizada que abarca marcos teóricos, dimensiones socioculturales, procesos de evaluación clínica y estrategias de intervención.

El libro presenta miradas actuales sobre la conducta suicida en diversos contextos culturales y clínicos.
El texto se organiza en dos secciones. La primera parte se centra en las complejidades del comportamiento suicida, examinando los principales modelos psicológicos y las dimensiones culturales que lo influyen, incluidas las experiencias de las comunidades transgénero y mapuche. La segunda parte, en tanto, aborda la evaluación y gestión del riesgo suicida, presentando herramientas y estrategias para la detección temprana, la intervención clínica y la postvención. Examina experiencias en ámbitos clínicos, educativos y comunitarios, destacando enfoques efectivos en la reducción de la ideación e intentos suicidas. Asimismo, resalta el creciente aporte de las tecnologías digitales para ampliar el acceso a la atención en salud mental, especialmente entre adolescentes, jóvenes y en contextos con recursos limitados.
Además de los editores, en la publicación participan otros investigadores de Imhay: Reiner Fuentes-Ferrada, Belén Vargas, Daniel Núñez y Marta Silva-Fernández. Todos ellos otorgan un aporte significativo al campo de la salud mental, promoviendo una comprensión más profunda y culturalmente consciente de la conducta suicida, junto con enfoques innovadores y aplicados a la prevención y tratamiento.
Esta publicación forma parte de la serie Springer–MIDAP, dedicada a difundir conocimientos de vanguardia acerca de las causas, el abordaje terapéutico y la prevención de la depresión, considerando la interacción entre ésta y la personalidad.
En una nueva sesión de Cátedras del Futuro, titulada “Adolescentes pixelados: ¿Quién soy en línea?”, la psiquiatra infantil y del adolescente, académica de la U. de Chile y directora de Imhay, Dra. Vania Martínez, abordó los desafíos que enfrentan los jóvenes al construir su identidad en redes sociales, analizando su impacto en la salud mental y entregando claves para promover el bienestar digital y emocional.
En la sexta sesión de Cátedras del Futuro, iniciativa del Congreso Futuro y la Fundación Encuentros del Futuro, la Dra. Vania Martínez, psiquiatra infantil y directora de Imhay, lideró una charla dirigida a adolescentes y jóvenes sobre cómo se construye la identidad en entornos digitales. Bajo el título “Adolescentes pixelados: ¿Quién soy en línea?”, la académica invitó a reflexionar sobre cómo nos mostramos en redes sociales, qué dejamos fuera y qué consecuencias tiene esta selección para nuestro bienestar.
La Dra. Martínez explicó que, si bien es natural tener distintas versiones de uno mismo según el contexto, es importante reconocer cuándo la imagen digital se aleja de quién realmente somos o queremos ser. En su análisis, destacó cómo los algoritmos moldean lo que vemos y cómo esto genera una “burbuja informativa” que limita la empatía y el pensamiento crítico. Además, alertó sobre los efectos de la constante comparación en redes, que puede afectar la autoestima y aumentar el sentimiento de soledad.
La especialista también abordó el tema del ciberacoso, enfatizando que cada acción digital —un comentario, un emoji o el reenvío de una publicación— puede tener un profundo impacto emocional en otros. Llamó a ser conscientes del respeto y el consentimiento en lo que se comparte, y a no ser cómplices pasivos frente a situaciones de violencia digital.
Para cerrar, la Dra. Martínez entregó recomendaciones concretas para un uso saludable de las redes sociales: revisar la propia huella digital, seguir cuentas que hagan bien, limitar el tiempo en pantalla y reconectarse con espacios seguros, incluyendo la naturaleza urbana. “No somos solo likes ni pantallas. Somos personas complejas y merecemos estar bien también en línea”, concluyó, reforzando el mensaje de autocuidado en la era digital.
Ve la presentación completa a continuación:
En documento entregado a los comandos de los candidatos presidenciales piden que se cumpla la Ley 21.331, asegurando que los planes de salud públicos y privados otorguen acceso a tratamientos y reposo médico en igualdad de condiciones que las enfermedades físicas y establecer un plan de reducción de brechas con indicadores medibles durante el próximo gobierno, entre otros puntos.

El Dr. Carlos Ibáñez, académico de la Universidad de Chile, es el coordinador de la Red «Salud Mental es Salud».
Pese a que la ley garantiza igualdad de trato entre salud mental y salud física, la discriminación persiste. Los tratamientos por trastornos mentales y consumo de sustancias siguen enfrentando barreras de acceso, menor cobertura y altos niveles de rechazo de licencias médicas. Frente a esta realidad, cerca de treinta organizaciones académicas, científicas, de pacientes y de la sociedad civil entregaron a los encargados de salud de los candidatos presidenciales una propuesta concreta para exigir que se cumpla la ley y se termine con esta exclusión estructural. En la oportunidad, estuvo presente Nicolás Fernández, en representación del Comando de Jeannette Jara.
Recordaron que la salud mental es hoy una de las principales causas de discapacidad en Chile, con cifras que se han agravado tras la pandemia. El 23,2% de los años de vida perdidos por discapacidad o muerte (AVISA) se deben a condiciones neuropsiquiátricas. Uno de cada cinco niños o adolescentes presenta algún trastorno psiquiátrico, y el 30% de las licencias médicas en el país responden a causas de salud mental.
Aun así, estos problemas siguen siendo tratados como de “segunda categoría”. Las Isapres rechazan o reducen cerca del 80% de las licencias médicas por salud mental, y las coberturas disponibles –tanto públicas como privadas– son significativamente más limitadas que para otras patologías.
“Esta desigualdad no tiene base técnica ni sanitaria. Es una injusticia que se arrastra desde hace años y que hoy se ha vuelto insostenible”, señaló Carlos Ibáñez, coordinador de la Red de Salud Mental es Salud, agrupación que coordina la iniciativa. La propuesta está siendo entregada a todas las candidaturas presidenciales, con el llamado a incorporar estos compromisos de manera explícita en sus programas de gobierno.
Hacer cumplir la Ley 21.331
Las organizaciones a través de un documento entregado a los candidatos y sus comandos, demandaron una decisión política firme para implementar efectivamente la Ley 21.331, que prohíbe cualquier discriminación en la atención y cobertura de salud mental. Esto incluye asegurar que los planes de salud públicos y privados otorguen acceso a tratamientos y de reposo médico en igualdad de condiciones que las enfermedades físicas; establecer un plan de reducción de brechas con indicadores medibles durante el próximo gobierno; y avanzar hacia una política integral en salud mental, con enfoque preventivo, rehabilitador y articulación intersectorial.
“Lo que pedimos es que se cumpla la ley. Es hora de dejar atrás la omisión estructural hacia la salud mental y hacernos cargo del costo social, personal y económico que esta crisis está generando a las personas y al país. Por lo tanto, hacemos un llamado a quienes aspiran a dirigir a nuestro país a garantizar que los planes de salud públicos y privados permitan el acceso a tratamiento para trastornos de salud mental y adicciones en igualdad de condiciones que para el resto de las enfermedades físicas”, indicó el coordinador de la Red Salud Mental es Salud.
Desde la Red enfatizaron que este desafío no podrá abordarse de forma aislada. Requiere liderazgo político, voluntad institucional y una acción conjunta entre Estado, academia, equipos clínicos, aseguradoras, organizaciones sociales y comunidades. La salud mental debe dejar de ser una deuda postergada y transformarse en una prioridad nacional, con soluciones concretas y medibles en el corto plazo.
*Instituciones que suscriben la propuesta por la paridad entre salud mental y salud física
“RED SALUD MENTAL ES SALUD”
En el programa «Pares Impares» de CNN Chile, la Dra. Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente, académica de la U. de Chile y directora de Imhay, analizó el impacto de la soledad en la salud y llamó a fortalecer la conexión social como herramienta de prevención.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró por primera vez que la soledad y el aislamiento social representan riesgos urgentes para la salud global, con un impacto comparable al del tabaquismo o la obesidad. En ese contexto, la Dra. Vania Martínez advirtió que “la desconexión social, la falta de red de apoyo, son factores de riesgo para problemas tanto de salud mental como de salud física”.
La especialista también señaló cómo la inseguridad y la desconfianza limitan las relaciones cotidianas. “Efectivamente, si es que yo me siento insegura en mi propia comunidad, también voy a establecer menos relaciones, no converso con el vecino, no converso con las personas en la calle o salgo menos y me aíslo”, comentó durante la entrevista.
La directora de Imhay hizo hincapié en la vulnerabilidad de adolescentes y jóvenes, quienes han visto modificadas sus formas de relacionarse por la virtualidad y el uso excesivo de dispositivos. “En la etapa de la adolescencia y juventud, uno sí lo ve como un problema, porque es una etapa en la cual se generan ciertas relaciones que son importantes para el desarrollo armónico. Es importante también que la comunidad vaya generando este sentido de acoger a todos y acoger en las diferencias”, recalcó.
Por último, destacó la importancia de promover la conexión entre generaciones como una estrategia integral para el bienestar. “Muchas veces pensamos como solo programas para personas mayores o solo programas para jóvenes y, tal vez, lo que necesitamos también es encontrar las distintas generaciones y que puedan nutrirse unas a otras. La conexión social es algo que apunta a que podamos estar como sociedad de manera más global, más sanos”, concluyó.
Ve el reportaje completo del programa Pares Impares, a continuación:
Durante el evento, especialistas de Imhay abordaron cómo el contexto y la variabilidad individual influyen en la efectividad de las intervenciones en salud mental, destacando la necesidad de estrategias más personalizadas y modulares.

En el simposio, los investigadores de Imhay expusieron sobre la importancia de personalizar las intervenciones en salud mental según las necesidades y trayectorias de cada persona.
Entre el 24 y el 26 de julio se realizó en Viña del Mar el XXV Congreso Nacional de Psicología Clínica: “Teoría, Investigación y Práctica clínica: Una confluencia profesional en el siglo XXI”, organizado por la Sociedad Chilena de Psicología Clínica y Psicoterapia en conjunto con la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
En este importante encuentro participó el director alterno de Imhay, Dr. Álvaro Langer, junto a los investigadores doctorales Jonathan Salazar y Jaime Yáñez, quienes fueron parte del simposio “El contexto importa. Explorando la heterogeneidad en la ciencia clínica psicológica y sus consecuencias”. También se sumó a esta instancia el Dr. Cristóbal Hernández, académico e investigador de la UAI.
El simposio reunió cuatro presentaciones que, desde enfoques metodológicos diversos, reflexionaron en torno a la necesidad de repensar la ciencia clínica a partir de la variabilidad individual y contextual. Se abordaron temas como el potencial de los diseños de caso único, las múltiples fuentes de variabilidad que inciden en la efectividad de intervenciones preventivas universales —considerando tanto factores personales como de implementación— y el análisis de dos investigaciones concretas: un estudio sobre mindfulness escolar con adolescentes, que evidenció trayectorias diferenciadas de cambio en salud mental, y una investigación sobre uso problemático de internet y sintomatología depresiva, basada en evaluaciones ecológicas intensivas, que mostró patrones heterogéneos entre afrontamiento evitativo, adicción a internet y síntomas depresivos.
Las presentaciones coincidieron en una conclusión central: no todos los jóvenes responden igual a las mismas estrategias, por lo que es urgente avanzar hacia intervenciones modulares y personalizadas, diseñadas en función de las características individuales. Asimismo, se enfatizó que el contexto y la forma de implementación son determinantes en los resultados, y que la ciencia clínica debe ser más sensible a estas diferencias para responder mejor a las necesidades reales de las personas: entender quién cambia, cómo y por qué.
Cabe destacar que la Sociedad Chilena de Psicología Clínica y Psicoterapia es la sociedad científica de psicología más antigua del país. Está conformada por profesionales interesados en el quehacer clínico y sus múltiples desarrollos teóricos, investigativos y de divulgación.
La Dra. Ana Barrera, investigadora joven de Imhay y académica de la Universidad Católica de Temuco, participó en el 40° Congreso Interamericano de Psicología (CIP), realizado del 14 al 18 de julio en la ciudad de San Juan, Puerto Rico.

La participación de la Dra. Ana Barrera en el CIP 2025 fue un aporte para el intercambio científico y la colaboración regional en salud mental.
Organizado por la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP), este congreso es el principal encuentro científico bianual de la disciplina en las Américas y el Caribe, y constituye un espacio clave para el intercambio de conocimientos, experiencias y colaboración entre profesionales del área. La SIP, fundada en 1951, promueve activamente la investigación, la comunicación académica y los valores de diversidad, equidad e inclusión.
En esta ocasión, la Dra. Barrera, también directora del Laboratorio de Adultez y Salud Mental» de la UCT, presentó el trabajo titulado “Relación entre desarrollo positivo, salud mental y variables psicosociales involucradas: análisis de un modelo de doble mediación en universitarios chilenos”, desarrollado en conjunto con la psicóloga y magíster de la Universidad de La Frontera, Lea Vallegos-Barrera.
La investigación fue parte del eje temático “Transformaciones sociales y disciplinares” del Congreso, y tuvo como objetivo analizar el vínculo entre el desarrollo positivo y la salud mental en estudiantes universitarios, explorando el rol mediador de la regulación emocional y el apoyo social percibido.
La participación de la investigadora en este evento no solo reafirma el compromiso de Imhay con la promoción de la salud mental en contextos educativos, sino que también fortalece la colaboración científica regional en temas clave para el bienestar psicológico de las juventudes.
En la revista Vivir Bien del diario La Tribuna, seis especialistas revelan estrategias basadas en evidencia científica para manejar la depresión y la ansiedad tecnológica, desde técnicas de desconexión consciente hasta la interacción terapéutica con la naturaleza urbana. Sobre este último tema fue entrevistado el director alterno de Imhay, Dr. Álvaro Langer.
La transformación digital ha reconfigurado nuestra relación con el bienestar emocional, generando tanto desafíos como oportunidades. Mientras la hiperconectividad plantea interrogantes sobre ansiedad y dependencia tecnológica, emergen estrategias respaldadas por la evidencia científica que permiten navegar esta nueva realidad con mayor equilibrio y consciencia.
Especialistas de diversas disciplinas coinciden en que la clave no reside en demonizar la tecnología, sino en desarrollar herramientas que nos permitan relacionarnos de manera más saludable con nuestro entorno digital y físico.
La naturaleza como terapia
Álvaro Langer, académico de la Universidad San Sebastián (USS) y director alterno de Imhay, ha recopilado y puesto a disposición de la ciudadanía evidencia científica sobre cómo la naturaleza urbana constituye una fuente relevante de salud mental. Como uno de los autores de la guía «Conecta tus sentidos con la naturaleza: breve guía práctica para vincularte con la naturaleza urbana y potenciar tu bienestar emocional», desarrolla una interesante propuesta de intervención terapéutica.
«Esta guía está enfocada en la naturaleza urbana», explica Langer, enfatizando que los espacios naturales dentro de la ciudad funcionan como «una fuente de salud y bienestar emocional», que promueve la sociabilización y genera un «aporte social muy relevante para que exista unidad» entre los grupos generacionales.
Su investigación revela que el contacto consciente con parques, plazas, árboles, aire, suelo y animales puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y la ansiedad, aumentar la autoestima y la empatía, mejorar la concentración, estimular la creatividad y disminuir el insomnio.
«Uno puede estar en contacto con la naturaleza, pero no estar realmente ahí o que la mente esté en cualquier otro lugar. Si yo no estoy conectado, muy difícilmente voy a poder apreciar dónde estoy», explica Langer. Los ejercicios propuestos buscan «traer mi mente al momento presente» activando los sentidos de forma deliberada.
La guía incluye ejercicios prácticos diseñados específicamente para jóvenes: desde técnicas de respiración específicas – como 4-7-8— y meditación en espacios naturales, hasta grounding -caminar descalzo para conectar con la tierra- y observación consciente de aves y cielos. «No necesariamente hay que ir a un bosque para poder encontrar los beneficios, y tampoco es únicamente lo verde. Todo lo que nos rodea es naturaleza: el aire que respiramos, la tierra que nos sustenta, todos los elementos», explica.
El documento busca fomentar la autonomía juvenil en relación con el bienestar, posicionándose como promoción de salud mental que puede complementar intervenciones formales. «Puede contribuir a mejorar la salud mental de una forma diferente, no tan clásica, pero que tiene evidencia y cada vez va sumando más respaldos», señala, incluso a través del concepto de «prescripción de naturaleza» como indicación terapéutica formal.
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La Dra. Marta Silva, académica del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Austral de Chile (UACh) e integrante de Imhay, fue invitada a presentar en el Encuentro Anual 2025 del World Mental Health Survey Initiative (WMH), realizado en la Universidad de Harvard los días 8 y 9 de julio, instancia donde expuso un análisis cualitativo sobre salud mental universitaria desde una perspectiva educativa.

Uno de los aportes más distintivos de lo expuesto por la investigadora de Imhay fue comprender el bienestar estudiantil no solo desde factores individuales, sino como parte de una participación cotidiana situada en comunidades universitarias
En el contexto de la Iniciativa Internacional de Salud Mental para Estudiantes Universitarios (World Mental Health International College Student Initiative, WMH-ICS), de la cual Imhay forma parte, se realizó en Boston, Estados Unidos, el World Mental Health Surveys Annual Meeting.
Esta iniciativa internacional tiene como propósito desarrollar e implementar estrategias que fortalezcan la prevención y la intervención temprana en problemas de salud mental en estudiantes universitarios. En Chile, es liderada por Imhay, cuyos investigadores trabajan para evaluar el estado de salud mental de jóvenes en educación superior, promover su bienestar y ofrecer intervenciones innovadoras a través de Internet y tecnologías digitales.
El encuentro reunió a representantes de 18 países, oportunidad donde la Dra. Marta Silva presentó los avances del componente cualitativo del estudio WMH-International College Student (ICS) en Chile, centrado en las voces de estudiantes universitarios de la UACh. La presentación se tituló “University students’ narratives of campus life and its impact on their well-being: A cross-cultural qualitative study from the WMH International College Student Initiative”, que fue desarrollada en coautoría con los también investigadores de Imhay, Dra. Jimena Carrasco, Dr. Álvaro Langer y Dr. Vania Martínez.
El trabajo expuesto por la académica dio cuenta de los hallazgos preliminares obtenidos hasta la fecha y formó parte del bloque de análisis comparado internacional del proyecto WMH-ICS. “A través de las voces de estudiantes de la Universidad Austral de Chile, el equipo exploró cómo las experiencias cotidianas en el entorno universitario —incluyendo relaciones interpersonales, dinámicas docentes y aspectos institucionales— influyen en la salud mental y en las estrategias de búsqueda de apoyo”, comentó la Dra. Silva respecto a su presentación.

El encuentro reunió a representantes de 18 países, oportunidad donde la Dra. Marta Silva presentó los avances del componente cualitativo del estudio WMH-International College Student (ICS) en Chile.
Uno de los aportes más distintivos de lo expuesto por la investigadora fue comprender el bienestar estudiantil no solo desde factores individuales, sino como parte de una participación cotidiana situada en comunidades universitarias: cómo los estudiantes se sienten (o no) parte de los entornos académicos, cómo son reconocidos por sus pares y docentes, y cómo estas interacciones moldean sus trayectorias de inclusión, exclusión o apoyo emocional.
“Fue muy valioso presentar esta propuesta desde el sur de Chile, con datos generados desde la propia UACh. Nuestros estudiantes nos están mostrando que la salud mental también se construye en las relaciones cotidianas, en la pertenencia y en las redes que logran activar, muchas veces más allá de los sistemas formales”, señaló la Dra. Silva respecto a su intervención.
El piloto, liderado por el Dr. Jorge Gaete, académico de la Universidad de los Andes e investigador de Imhay, evaluó la aceptabilidad, factibilidad, fidelidad y calidad de la implementación del programa, además de explorar su efectividad en la reducción de factores de riesgo y el fortalecimiento de factores protectores frente al consumo de sustancias.

El estudio, liderado por el Dr. Jorge Gaete, contó con financiamiento del proyecto FONIS SA19I0115, orientado a evaluar un programa de desarrollo de competencias sociales conocido en Chile como “Mi Mejor Plan”.
El consumo de sustancias en adolescentes continúa siendo una preocupación de salud pública. Con el objetivo de abordar este desafío desde el entorno escolar, un equipo de investigadores liderado por el Dr. Jorge Gaete, académico de la Escuela de Educación de la UAndes, evaluó la implementación en Chile de una versión culturalmente adaptada del programa internacional Social Competence Promotion Program for Young Adolescents (SCPP-YA), rebautizado como “Mi Mejor Plan”.
La investigación, recientemente publicada, consistió en un estudio piloto controlado aleatorizado por conglomerados, que evaluó la aceptabilidad, factibilidad, fidelidad y calidad de la implementación del programa, además de explorar su efectividad en la reducción de factores de riesgo y el fortalecimiento de factores protectores frente al consumo de sustancias.
“Mi Mejor Plan” consiste en una intervención educativa de 16 sesiones en aula, diseñada para estudiantes de 6° básico, que promueve habilidades de resolución de problemas sociales. El programa fue impartido por facilitadores previamente entrenados, y se aplicó en un total de 11 escuelas, aunque una se retiró después del proceso de asignación aleatoria.
En total, participaron 765 estudiantes, de los cuales se analizaron los datos de 538 al finalizar la intervención. El promedio de edad fue de 11,3 años, y el 52,5% de los estudiantes eran hombres.
Según los resultados, la implementación del programa fue exitosa: todas las sesiones fueron realizadas y la asistencia estudiantil se mantuvo alta, con cifras que oscilaron entre el 83,8% y el 92,4% por clase. Además, el 91,3% de los estudiantes valoró positivamente el programa.
Tanto los facilitadores como los observadores externos reportaron una alta adherencia a los contenidos planificados, lo que habla de una buena fidelidad en la ejecución del programa.
En cuanto a los efectos del programa, se observaron mejoras significativas en factores protectores individuales, especialmente en las creencias negativas frente al tabaco y el alcohol. Sin embargo, no se registraron cambios relevantes en el consumo de sustancias, en los factores de riesgo asociados ni en otras dimensiones como la regulación emocional o el sentido de pertenencia escolar.
Fuente: Bárbara Olave, comunicaciones UAndes.
Entrevistada por el diario El Mercurio, la Dra. Vania Martínez, académica de la U. de Chile y directora de Imhay, indicó que «Es muy importante que en los servicios de urgencia tengan una capacitación para abordar los casos de salud mental».
La constante demanda en los servicios de urgencia suma también un progresivo aumento de las atenciones por trastornos mentales en gran parte del país.
Una realidad sobre la cual han advertido recintos hospitalarios, considerando la proyectada alza de complicaciones por enfermedades respiratorias.
«Hay un aumento en la demanda de atenciones de salud mental, principalmente en la urgencia de nuestro recinto. La cantidad de camas destinadas a pacientes psiquiátricos no da abasto», reconoce Antonio Zapata, director del Hospital Regional de Antofagasta.
«Eso ha obligado a tener que hacer ajustes respecto de cómo se atiende a estos pacientes en el servicio de urgencia. Implementar protocolos, también zonas especiales en la urgencia para tener estos pacientes cuando no contamos con camas en las unidades psiquiátricas”, añade el médico.
Según datos del Ministerio de Salud (ver infografía), entre las semanas epidemiológicas 1 (29 de dic. y 4 de enero) y 25 de este año (15 al 21 de junio), se reportaron 152.279 atenciones de urgencia por trastornos mentales a nivel país. Un 8% más que en el mismo período de 2024, y 18% más que en 2022.
Para Vania Martínez, académica de la U. de Chile, especialista en psiquiatría infantil y de la adolescencia y directora del Núcleo Imhay, la creciente demanda de este tipo de atenciones requiere también de especialización en las unidades de emergencia. «Es muy importante que la gente que trabaja en los servicios de urgencia, todo el personal de salud y no solo los médicos, tengan una capacitación para abordar los casos de salud mental. Cuando llegan los pacientes a urgencia los tienen que categorizar de acuerdo con un triage (según condición clínica). Se debería contar, entonces, con herramientas para detectar cuando un caso es también de riesgo vital; porque puede llegar una persona con un alto riesgo suicida», advierte.
Apunta que el incremento en estas atenciones podría evidenciar una mayor conciencia por este tipo de afecciones. «Y también podría ser que hay un aumento en la necesidad por este tipo de consultas. Sobre todo en el grupo de adolescentes y jóvenes”.
Fuente: El Mercurio

DIRECCIÓN
Profesor Alberto Zañartu n°1030
Independencia, Santiago de Chile
Núcleo para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes.
Imhay 2025