La pandemia por COVID-19 sigue presente y este año el regreso a clases estuvo marcado por la vuelta a las salas de forma presencial. Un gran desafío que han enfrentado miles de estudiantes a lo largo del país.
Para sortear con éxito este nuevo año académico, la profesora del Departamento de Psicología de la Universidad Católica de Temuco e investigadora joven de Imhay, Dra. Ana Barrera, entrega algunos consejos para sobrellevar este año estudiantil de mejor manera, afirmando que la clave es retomar rutinas de manera paulatina y ser flexibles.
“Los seres humanos tenemos muchas capacidades de adaptación. Si sobrevivimos a una pandemia por dos años, ahora podremos sobrevivir a la presencialidad. Y si se presentan dificultades, las podremos sortear individualmente, pero también con el apoyo de nuestros pares y amigos. Lo importante es pedir ayuda y solicitar apoyo psicológico», indica la investigadora de Imhay y académica de la Universidad Católica de Temuco, Dra. Ana Barrera.
Los desafíos para este año 2022 en materia de educación están marcados por la vuelta a la presencialidad para miles de estudiantes que regresan de forma obligatoria a las salas de clases, iniciando una nueva etapa educacional en medio de una pandemia que aún continúa. Durante los últimos dos años, los y las estudiantes debieron adaptarse rápidamente a la educación remota producto de la pandemia por COVID-19, cambiando sus rutinas, hábitos y formas de relacionarse con sus pares.
¿Qué hacer mantener este proceso de vuelta a la presencialidad manera sana? , ¿Cómo enfrentamos el estrés de este nuevo cambio educacional? Ana Barrera, académica de la Universidad Católica de Temuco e investigadora joven de Imhay entrega una serie de consejos para enfrentar este proceso de mejor manera, quien afirma que la clave es retomar rutinas de manera paulatina y ser flexibles en este periodo de adaptación.
Ser flexibles
La Dra. Barrera señala que la nueva modalidad que las y los estudiantes están enfrentando desde marzo, debe ser llevada a cabo con calma y atendiendo la dificultad que requiere adaptarse no tan sólo en lo académico sino que también en las relaciones interpersonales.
“Es importante ser flexibles y no autoexigirse, sobre todo en esta primera etapa, ya que son muchas las variables que tenemos que considerar en este nuevo proceso. Muchos estudiantes debieron viajar de su hogar a otra región o ciudad para estudiar. También están aquellos estudiantes que entraron a la universidad y que han estado dos años con clases online y que nunca han estado en la sala de clases, por lo que posiblemente no conocen a sus compañeros. En este caso, la interacción es completamente distinta y pueden haber sentimientos encontrados en los que, por un lado, están contentos por volver a encontrarse, pero también hay incertidumbre por este nuevo proceso”.
Organizar los tiempos
La académica destaca la importancia de generar nuevas estrategias para adaptarse, con énfasis en establecer horarios que permitan a los y las estudiantes gestionar de mejor manera los tiempos de la presencialidad.
“Hay que organizarse y adaptar estas nuevas rutinas: definir un horario de estudio y establecer horarios para alimentarse durante el día. Es importante ser flexibles con uno mismo en el sentido de la autoexigencia, quizás estudiantes de cursos superiores puedan decir que no se concentran tanto o que no están tan motivados, pero eso será esperable porque se necesita tiempo para crear nuevos hábitos”.
Alimentarse saludablemente
La experta recomienda que los y las estudiantes pongan énfasis en la alimentación, ya que muchos pasan gran parte del día al interior de establecimientos educacionales y la planificación de comidas y horarios es una gran alternativa para sobrellevar extensas jornadas.
“La alimentación saludable es muy importante. Muchos estudiantes como tienen que salir muy temprano de sus casas, no toman desayuno y eso influye en la atención y el aprendizaje en la sala de clases. Tratar de no consumir comida rápida y optar por un mayor consumo de frutas y verduras, junto con el ejercicio y las horas de sueño son vitales para mejorar la calidad de vida”.
Realizar pausas en la rutina diaria
Otra de las recomendaciones es permitirse momentos de relajación y desconexión en medio de la rutina diaria como método para sobrellevar el año académico de mejor forma.
“Como medida de autocuidado personal, es importante tomar un descanso después de una jornada laboral o estudiantil. Es saludable compartir con otras personas, tomarnos un tiempo para nosotros mismos y descansar de ese estímulo social al cual no estábamos acostumbrados en los últimos dos años. En internet hay varios tutoriales de meditación, respiración o estiramientos que pueden ser útiles para el día a día”.
Poner atención a las señales de alerta
La investigadora de Imhay advierte que es normal tener cierto grado de estrés, incertidumbre o ansiedad durante esta primera etapa. Sin embargo, es necesario estar alerta si hay elementos que dificultan nuestro día a día, para solicitar ayuda oportunamente a un profesional de la salud mental.
“Algunas señales de alerta son, por ejemplo, si veo que aún no puedo organizarme, si tengo permanentes dificultades para realizar mis tareas diarias, si no consigo dormir bien en las noches, si no siento apetito o como en exceso porque me siento más ansioso. También si frente a esta nueva normalidad no quiero ir a clases y me aíslo socialmente o no consigo integrarme. Todos ellos son elementos que tenemos que considerar para pedir ayuda a los dispositivos psicológicos disponibles tanto dentro de la Universidad como centros de salud más cercanos”.
“Los seres humanos tenemos muchas capacidades de adaptación. Si sobrevivimos a una pandemia por dos años, ahora podremos sobrevivir a la presencialidad. Y si se presentan dificultades, las podremos sortear individualmente, pero también con el apoyo de nuestros pares y amigos. Lo importante es pedir ayuda y solicitar apoyo psicológico si consideramos que estamos presentando algunas dificultades que nos impiden llevar el día a día”, finaliza la Dra. Ana Barrera.
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