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Investigadores jóvenes de Imhay participaron en la “1ra. Jornada de prevención del suicidio: de la Frontera al Sur”

El evento, organizado por la Red de Apoyo Socioemocional y la Fundación para la Prevención del Suicidio OPA UFRO, tuvo como objetivo compartir experiencias asociadas a la prevención del suicidio y promover buenas prácticas para su intervención y acompañamiento.

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, los investigadores jóvenes de Imhay, Dra. Ana Barrera y Dr. Álvaro Jiménez dictaron charlas magistrales en este evento desarrollado en la Universidad de la Frontera.

La Dra. Barrera, quien además es directora del Laboratorio de Adultez Emergente y Salud Mental de la Universidad Católica de Temuco, expuso sobre el desarrollo positivo aplicado a la prevención del suicidio en contexto universitario.

En tanto, el Dr. Álvaro Jiménez, académico de la Universidad San Sebastián, abordó la problemática del duelo por suicidio en personas, familias y comunidades. 

Además de las charlas magistrales, esta primera jornada tuvo actividades simultáneas en diferentes espacios del Aula Magna de la UFRO, a cargo de diferentes expertos e instancias que abordaron el bienestar socioemocional y la salud mental.

Revisa las presentaciones de nuestros investigadores jóvenes, a continuación:

Charla Magistral de la Dra. Ana Barrera: 
«¿Cómo prevenir el suicidio en el contexto universitario? Una mirada desde el desarrollo positivo»

Charla Magistral del Dr. Álvaro Jiménez:
 «Duelo por Suicidio y Postvención»

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Dra. Vania Martínez por Día para la Prevención del Suicidio: “Cuesta reconocer cuándo es necesario pedir ayuda”

La psiquiatra, académica de la U. de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay señaló a radio Universidad de Chile que, aunque hubo un descenso en las tasas de suicidio durante la pandemia, ahora se estaría volviendo a los números de antes. Asimismo, expresó su preocupación por los intentos de suicidio en jóvenes.

Dra. Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y directora del Núcleo Milenio Imhay.

Este martes 10 de septiembre se conmemora un nuevo Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En ese contexto, en conversación con la primera edición de Radioanálisis, la psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Vania Martínez, abordó la situación actual de nuestro país en materia de salud mental.

De acuerdo a la experta, durante los últimos años ha habido “una disminución de las tasas de mortalidad por suicidio” y que este descenso fue “mucho más profundo en pandemia”.

Sin embargo, la directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), advirtió que “ahora todavía no tenemos las estadísticas oficiales, pero lo que vemos es que estamos volviendo a lo anterior”.

En esa misma línea, Martínez aseguró que algo que también preocupa son “los intentos de suicidio y las autolesiones sin intención suicida, que muchas veces son para regular ciertas emociones y crisis de salud mental”, particularmente entre adolescentes y jóvenes.

Consultada respecto a las políticas públicas que se pueden implementar para ayudar a ese grupo etario en particular, la especialista apuntó al rol que juegan los establecimientos educacionales, “que pueden ser un buen lugar para promover una mejor salud mental y detectar situaciones de riesgo”.

La psiquiatra afirmó que en las generaciones más jóvenes se ha avanzado en el tema del estigma: “Ven con mejores ojos acudir a la atención en salud mental, pero aún así, (…) la principal barrera de estudiantes universitarios que tienen problemas de salud mental, incluido el riesgo suicida, es: ‘pensé que me las podía arreglar por mi mismo o mi misma’”.

“Uno pudiera pensar que podría estar dentro de los problemas el acceso, por el costo que puede tener o por el tiempo, pero esta barrera es más importante, que a las personas les cuesta reconocer en qué momento es necesario pedir ayuda”, indicó.

Justamente, en cuanto a los factores que explicarían por qué las tasas de suicidio son más altas en los hombres, Martínez observó que a ellos “les cuesta más pedir ayuda y tocar estas temáticas”.

“Nosotros en la Universidad de Chile, por ejemplo, tenemos un poco más de matrícula de mujeres que de hombres, pero en la encuesta, que es voluntaria, por cada un hombre contestan tres o cuatro mujeres. Entonces, las mujeres están más disponibles para hablar de salud mental y también para pedir ayuda”, dijo.

Otro factor, añadió la académica, es el uso de alcohol y drogas que es más prevalente en hombres, además de determinados mandatos culturales que incitarían a los hombres a ser más “exitosos”.

“Están esos mandatos para los hombres, pero las mujeres tienen más intentos de suicidio y más riesgo de autolesiones, de depresión y de ansiedad. Entonces, tenemos que tener una perspectiva de género sin descuidar a ninguno”, sostuvo.

Revisa la entrevista completa aquí:

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Entrevista a directora de Imhay en red de Radios Regionales sobre el Día Mundial para la Prevención del suicidio

Septiembre se ha transformado en el mes de prevención del suicidio, donde se busca concientizar sobre esta situación que es una de las principales causas de muerte en nuestro país en personas entre los 15 y 28 años. Para hablar sobre este tema y cómo ayudar en nuestro entorno, la red de radios regionales conversó con la la psiquiatra infanto juvenil y directora del Núcleo Milenio Imhay, Dra. Vania Martínez.

Revisa la entrevista completa aquí:

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Claves para una mejor comunicación con adolescentes: Comprensión, límites y positividad

La adolescencia transcurre entre los 10 y 19 años, un periodo marcado por emociones intensas y de nuevas necesidades que tienden a tensar la relación entre padres e hijos. Una buena comunicación con los adolescentes puede ayudar a establecer mejores lazos, pero es un trabajo continuo que comienza por no enjuiciar, establecer límites en la relación, trabajar las inseguridades de ambas partes y ofrecer refuerzos positivos. Sobre este tema fue entrevistado por el programa Sana Mente de CNN, el investigador principal de Imhay y académico de la UAndes, Dr. Jorge Gaete.

Revisa la nota completa a continuación:

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[PRENSA] Cerca del 50% de los NNA´s de la Región de Antofagasta viven en barrios con violencia crítica

El Primer Informe Nacional de Bienestar de la Niñez en Chile 2024, reveló esta realidad en la zona. Balaceras y peleas frecuentes confirman este panorama. Sobre este tema fue entrevistada la directora de Imhay y académica de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez.

que afecta hoy a la po- blación infanto juvenil dela Región de Antofagasta. Desde el 2017 la cifra de niños, niñas y adolescentes (NNA’s) que viven en barrios con violencia crítica aumentó de un 37% a un 47%, panorama que se dio a conocer en el Primer Informe Nacional de Bienestar dela Niñez en Chile 2024, efectuado del Observatorio de la Niñez.

“Antofagasta es una de las nueve regiones en que ha aumentado la proporción de este grupo etario en barrios con violencia critica. Entre las causas se encuentran la crisis de seguridad y el aumento en la circulación de armas, junto al hecho de que ha crecido la percepción de que en los barrios hay balaceras, situación que también se ratifica en otras encuestas y estudios de este tipo. Por otro lado, también puede estar influyendo el crecimiento de esta población, sumado a que se está concentrando en asentamientos informales”, comentó Paloma del Villar, directora del Observatorio dela Niñez, de Fundación Colunga.

Actualmente son más de 81 mil NNA´s que residen en estos sectores, donde las balaceras y peleas entre grupos delictuales son cada vez más recurrentes. 

Además se agrega el antecedente que en solo siete años, esta población en la región logró aumentar en un 5%, con posibilidades ciertas que en un corto y mediano plazo esta cifra continúe creciendo.

Afectación

Frente a este panorama, una de las principales afectaciones guarda directa relación con el desarrollo cognitivo y emocional de este grupo etario. Esto estaría generando la aparición de conductas que interfieren en la forma en que se desenvuelven cotidianamente en el mundo social y educativo.

“En lugar de centrarnos únicamente en medidas punitivas, debemos abordar cómo prevenir las consecuencias adversas de la violencia en el desarrollo infantil y proteger a los niños de estos entornos perjudiciales”, declaró la directora del Observatorio dela Niñez.

Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente, junto con desempeñar funciones como académica dela Universidad de Chile, manifestó que tanto en la Región de Antofagasta como a nivel nacional, existe una precarización en cuanto a las redes de apoyo, tanto en el sector público como privado, situación que contribuye a que el ambiente en los barrios se vuelva inseguro. 

“Acá se debe entender que lo importante no es trabajar de manera sectorizada, sino que en su conjunto, porque al fin y al cabo la violencia en sectores se debe a que no se han tratado puntos relacionados, por ejemplo, a educación, desarrollo social, entre otros”, añadió la también directora del Núcleo Milenio Imhay.

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Reforzar el desarrollo socioemocional: una vía para hacer frente al bullying y otras violencias

El investigador de Imhay y académico de la Universidad de los Andes, Dr. Jorge Gaete, participó en webinar acerca de los desafíos de la violencia digital, donde advirtió sobre la complejidad del fenómeno y la necesidad de abordar el tema con participación de las familias, la comunidad, de quienes sufren los ataque y también de quienes los realizan.

Dr. Jorge Gaete, psiquiatra, investigador principal de Imhay y académico de la Universidad de los Andes

Todas las encuestas e investigaciones lo confirman: en los últimos años, cada vez más personas -niños/as, jóvenes y también adultos- son víctimas de algún tipo de acoso, violencia o perjuicio cometido a través de algún medio tecnológico digital. Y es que estas herramientas de comunicación, que en un principio fueron consideradas como un vehículo para el desarrollo, también se han convertido en un potente amplificador de conductas como la burla, el desprestigio, la humillación o el hostigamiento. Más aún si se considera que varias herramientas digitales funcionan amparadas por el anonimato.

Para abordar esta creciente violencia a través de canales digitales, el Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (NUDOS), organizó un webinar que contó con la participación de Cecilia Ananías, directora de la ONG Amaranta; el sociólogo e investigador de NUDOS, Raimundo Frei; y el investigador principal del Núcleo Milenio Imhay y académico de la Universidad de los Andes, Dr. Jorge Gaete.

Desde su experiencia como psiquiatra y experto en salud mental infanto juvenil, el Dr. Gaete detalló las consecuencias emocionales que experimentan las víctimas de ciberacoso, de trolling o ‘troleo’, o de grooming (el adulto que en las redes disfraza su edad e identidad para ganarse la confianza de niños o niñas).

Estos actos, explicó el profesional, cuando se repiten en el tiempo, no sólo provocan ansiedad y depresión, sino también “un impacto en la percepción de sí mismo. El acoso repetido puede generar en la víctima una sensación de valor insuficiente, o que se merece el maltrato porque otros así se lo dicen y, finalmente, termina creyendo ese discurso”.

También puede provocar aislamiento social, vergüenza, miedo y “si esto es reiterado y el daño que se produce es muy severo, puede causar también un estrés postraumático formal, con flashback, pesadillas, sensación de hipervigilancia y ansiedad flotante en general”, advirtió el Dr. Gaete.

Víctimas y perpetradores

Un dato revelador acerca de la complejidad del fenómeno del acoso es que entre 85 y 90 por ciento de quienes hostigan o agreden, a su vez, también son víctimas de bullying.

“Como es un fenómeno que está basado en elementos más bien de funcionamiento social y de grupo, es importante mencionar que no hay características que digan que una persona es típicamente víctima o que esta otra es típicamente agresora”, mencionó el investigador de Imhay. “Hay que tener cuidado con esas etiquetas, porque muchas veces lo que va detrás es estigma y una concepción acerca del rol que tienen las personas dentro de un grupo en particular. Por ejemplo, se piensa que las víctimas podrían ser más tímidas, con menos habilidades sociales, con menos capacidad de defensa. ¡Cuidado con eso! Puede que sea, pero también hay perpetradores/as con las mismas características y, en ese sentido, hay que tener bastante cuidado con la etiqueta. Las causas de la agresión son multifactoriales”.

Respecto a las estrategias para enfrentar este problema, el investigador de Imhay citó un metaanálisis de 2019 de la científica irlandesa Hannah Gaffney, que luego de revisar 24 trabajos sobre programas de prevención del ciberacoso concluyó que, en general, las iniciativas pueden reducir en 15 por ciento la perpetración, y en 14 por ciento la victimización. “Los resultados son muy variables, ya que no todas las intervenciones son iguales. Hay algunas sobre las cuales no tenemos claridad del impacto que generan, entonces hay que tener mucho cuidado todavía”, comentó el investigador de Imhay.

Y agregó que en estas acciones preventivas deberían incluirse también los/as perpetradores/as: “especialmente en el contexto educacional, pero separados de las víctimas, no juntarlas, no generar esta sensación de que ‘tienen que mediar un proceso’. Eso es complejo, porque muchas veces están en los mismos cursos. Pero es importante tener una mirada de cómo poder trabajar por separado, siempre dando un espacio bien importante a la víctima, porque sabemos que tiene las mayores consecuencias negativas de esto y, en ese sentido, es relevante generar instancias de apoyo, de consejería y de apoyo psicológico en los mismos centros educativos”.

Desarrollar competencias

En su exposición durante la actividad, el Dr. Jorge Gaete insistió en que el fenómeno de la agresividad, canalizada en violencia digital o de cualquier otro tipo, responde a múltiples causas, tanto individuales como familiares e incluso sociales, en el caso de barrios sometidos por la delincuencia. Por eso, recalcó que es importante hacer prevención desarrollando capacidades internas en la juventud.

“Muchas veces algunos elementos de violencia tienen que ver con que no puedo manejar emociones como la rabia, la agresión, que pueden ser naturales y esperables para un chico o chica que de repente sí se siente frustrado/a. Yo diría que hay un énfasis ahí, en cómo lo regulo y cómo manejo esa emoción a través de estrategias con un desarrollo más bien de la capacidad. Lo mismo con la familia: un énfasis en mejorar las estrategias parentales acerca de la comunicación, cómo mantener la confianza estableciendo, al mismo tiempo, límites sobre lo que puede o no podría hacer, pero no todo tan punitivo, tan restrictivo. Muchas veces eso nos juega en contra. Hay que desarrollar competencias en distintos niveles”.

Además, enfatizó en que el fenómeno del acoso a través de las redes digitales no debe verse de manera particular, sino que “hay que tener la visión de un modelo de intervención mucho más amplio, y probablemente, desde la prevención del bullying tradicional y una bajada al ciberacoso, y no al revés. Eso, en general, tiene mayor efectividad. Y en ese sentido, cuando se involucra, por ejemplo, a la comunidad educativa, padres y a toda la comunidad, tiene mucho más impacto también. Es decir, no sólo multinivel, sino multicomponente también”.

Ve el webinar completo, a continuación:

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Imhay certifica a equipos de educación como gatekeepers para la prevención del suicidio

El Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes junto al Servicio Local de Educación Pública Barrancas certificaron a 32 docentes y asistentes de la educación luego de haberles entrenado para desarrollar habilidades con el objetivo de saber cómo abordar el riesgo suicida en los/as estudiantes. Se trata de un modelo de entrenamiento de competencias pionero en nuestro país.

El entrenamiento como gatekeepers para la prevención del suicidio fue liderado por la psicóloga e investigadora doctoral de Imhay, Belén Vargas.

Las conductas suicidas entre los adolescentes son una preocupación social y de salud pública importante. Las escuelas y liceos son entornos comunitarios donde las y los adolescentes pasan gran parte del tiempo, convirtiéndose en espacios fundamentales para la detección temprana y la intervención en salud mental, ya que ofrecen oportunidades únicas para identificar y apoyar a jóvenes en riesgo de suicidio.

A diario, docentes y asistentes de la educación desempeñan un rol activo en el acompañamiento de la trayectoria educativa y el desarrollo de miles de estudiantes a lo largo del país. Uno de los aspectos más relevantes de las estrategias de prevención del suicidio basadas en gatekeepers es la creación de capacidades en las comunidades educativas, donde los equipos educativos puedan apoyar a estudiantes en riesgo de suicidio desde su rol.

Es así que, hace unos días, el Núcleo Milenio Imhay junto al Servicio Local de Educación Pública de Barrancas, certificaron como gatekeepers para la prevención del suicidio a 32 docentes y asistentes de la educación del Liceo Ciudad de Brasilia de Pudahuel y Liceo Héroes de la Concepción de Cerro Navia.

El término «gatekeeper» se refiere a personas que, aunque no son expertos en salud mental, suelen ser el primer punto de contacto para quienes enfrentan problemas emocionales. Su rol es identificar los riesgos potenciales, manejar la crisis inicial entregando un primer apoyo y, posteriormente, derivar a la persona a un/a profesional especializado/a que pueda proporcionarle un tratamiento apropiado.

Equipo de educación del liceo Héroes de la Concepción de Cerro Navia.

El entrenamiento como gatekeepers para la prevención del suicidio realizado en ambos establecimientos educacionales fue liderado por la psicóloga e investigadora doctoral de Imhay, Belén Vargas, como parte de su trabajo de doctorado denominado “Co-diseño y evaluación piloto de una estrategia de facilitación de la implementación para la adopción de una intervención gatekeeper para reducir el riesgo suicida adolescente en escuelas públicas chilenas”.

Este modelo de entrenamiento de competencias, pionero en nuestro país, ha sido denominado DAS por el acrónimo de los principios de actuación que orientan el rol de gatekeeper: Detección, Apoyo y Seguridad. El entrenamiento contempla 16 horas presenciales, donde las y los participantes adquieren nuevos conocimientos, reflexionan sobre actitudes en torno a la prevención del suicidio, y practican habilidades que les posibilitarán entregar un primer apoyo en sus comunidades. 

Al respecto, la líder del proyecto, Belén Vargas, señaló que “Estamos con mucha alegría celebrando este gran momento donde los primeros gatekeepers se están certificando en un modelo de entrenamiento de competencias. Lo que viene ahora, que es la parte nuclear de este proyecto de investigación, es acompañar a estas comunidades educativas a que esta intervención cobre realidad de una manera sustentable y que ellos puedan implementar estas herramientas de una manera sostenida en sus comunidades educativas”.

Equipo de educación del liceo Ciudad de Brasilia de Pudahuel.

Por su parte, Erick Caballeri, director del liceo Ciudad de Brasilia, mencionó que: “El día de hoy estoy súper contento de que nuestra comunidad educativa, a través de un número importante de funcionarios, profesores, asistente de la educación y directivos, nos capacitamos en un tema tan importante como es la prevención del suicidio. Consideramos que es un tópico relevante, que contribuye a la salud mental, que es algo que de verdad está muy dejado de lado en nuestro país y que necesita realizarse, necesita trabajo, necesita capacitación y desde esa esfera, nosotros estamos súper contentos de formar parte de este proyecto”.

En tanto, Yosires González, directora del Liceo Héroes de la Concepción, indicó que “Sabemos que hoy en día, el paradigma educativo nos dice que los aprendizajes profundos tienen que ver con la contención emocional y dar respuesta a nuestros estudiantes. (…) Y nuestros profesores y asistentes de la educación al certificarse como gatekeepers, van a instalar al interior de la comunidad educativa herramientas poderosas, que van a permitir dar respuesta de mejor manera a la prevención del suicidio, un tema que no es fácil, que muchos evitan, pero que es importante, porque educar es prevenir”.

La ceremonia de certificación se llevó a cabo en el Centro Cultural Siglo XXI de la comuna de Pudahuel, instancia que marcó un hito al certificar a los/as primeros/as gatekeepers del Servicio Local de Educación Pública Barrancas y trazando, de esta manera, el punto de partida para el proceso de implementación de esta intervención en las comunidades educativas participantes. 

Junto con Belén Vargas, participaron como colaboradores del entrenamiento, Alejandro Riquelme, Coordinador del Programa Nacional de Prevención del Suicidio del Minsal y Magdalena Errázuriz, pasante de investigación Imhay.

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¿Qué son y cómo funcionan los chatbots de salud mental?

Se trata de programas creados con Inteligencia Artificial que interactúan con los usuarios a través de texto o voz, y ofrecen apoyo emocional inmediato, intervención en crisis, entrega de información u orientación para conectar con profesionales. Sobre este tema fue consultado el investigador joven de Imhay y académico de la Universidad San Sebastián, Dr. Álvaro Jiménez.

En cuanto a las particularidades de los chatbots en salud mental, el Dr. Álvaro Jiménez subraya que uno de los principales desafíos radica en la relación que se establece con la tecnología y en sus limitaciones para comprender situaciones emocionales complejas.

De acuerdo con la novena versión del Termómetro de Salud Mental de la ACH y la UC, un 13,4% de los encuestados muestra sospechas o presencia de problemas de salud mental. Aunque esta cifra representa una disminución en comparación con mediciones anteriores, sigue reflejando un problema significativo en el país.

La tecnología está desempeñando un papel fundamental en la contención y orientación de diversos problemas psicológicos. Gracias al uso de la Inteligencia Artificial, se han desarrollado chatbots de salud mental, programas que interactúan con los usuarios a través de texto o voz, y que pueden ofrecer apoyo emocional inmediato, intervención en crisis, así como información y orientación para conectar con profesionales de la salud.

Al respecto, el psicólogo Álvaro Jiménez, académico e investigador de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián (USS) y del Núcleo Milenio Imhay, explica que estos sistemas “permiten monitorear el estado de ánimo y acompañar intervenciones terapéuticas. Además, una de sus ventajas es el anonimato, lo que ayuda a superar barreras relacionadas con la estigmatización y las dificultades logísticas para acceder a ayuda”.

En términos generales, los chatbots de salud mental pueden ser un aporte en situaciones de crisis, ya que están programados para reconocer señales de riesgo o crisis como pensamientos suicidas. Al respecto, Jiménez indica que “al estar disponibles 24/7 son capaces de detectar señales de alerta de manera temprana, lo que facilita la intervención oportuna por parte de profesionales de la salud. Por otro lado, pueden promover la búsqueda de ayuda o conectar a los usuarios con líneas de ayuda”.

Otra de las utilidades de este tipo de chatbots, señala el académico, es que “proporcionan información sobre temas relacionados con salud mental en contextos donde los recursos o el acceso es limitado, como, por ejemplo, en áreas rurales o países de bajos ingresos”. Sin embargo, recalca que no son de provecho cuando se padecen problemas de salud mental severos.

Eventuales riesgos en torno a su uso

Aunque los chatbots de salud mental pueden generar alertas en tiempo real y conectar a los usuarios con profesionales de la salud, todavía se encuentran en una fase temprana de desarrollo y enfrentan importantes desafíos. Como explica Jiménez, “existen desafíos en términos de seguridad y privacidad de las interacciones. Aunque se presentan como herramientas confidenciales, los chatbots pueden utilizar la información privada de los usuarios para fines comerciales, como entrenar otros algoritmos de IA. Actualmente existe una falta de regulación en el uso de estas tecnologías en salud mental, lo que deja brechas en la protección de datos personales de los usuarios”.

Por otro lado, existen riesgos asociados a los sesgos de diseño o programación de la Inteligencia Artificial. “Estos sesgos algorítmicos suponen desafíos éticos, ya que los chatbots pueden reproducir desigualdades al estar mal diseñados para grupos vulnerables o tradicionalmente marginados. De hecho, los chatbots no tienen la capacidad de comprender el mundo subjetivo de las personas en su contexto, es decir, dentro de múltiples factores socioculturales y contextuales que afectan la salud mental”, indica el investigador.

En cuanto a las particularidades del trabajo en salud mental, Jiménez subraya que uno de los principales desafíos radica en la relación que se establece con la tecnología y en sus limitaciones para comprender situaciones emocionales complejas.

“El marketing de estas aplicaciones se basa en humanizar a la máquina para explotar la confianza del usuario, lo que puede llevar a malentendidos sobre sus capacidades. Por ejemplo, algunos chatbots se presentan como agentes terapéuticos, lo que fomenta malentendidos o expectativas poco realistas sobre su capacidad para proporcionar apoyo”. Por lo tanto, es importante que los usuarios comprendan que esta tecnología no sustituye el apoyo que ofrecen terapeutas o profesionales de salud.

Al respecto, el investigador USS indica que “muchos chatbot han mostrado interacciones inadecuadas ante determinados síntomas o estados emocionales. Los seres humanos utilizamos metáforas o expresiones lingüísticamente complejas para manifestar nuestros estados emocionales, muchas veces con ambivalencia, sutilezas que los chatbots pueden malinterpretar. En ese sentido, los chatbot no han superado a los humanos en su capacidad de reconocer síntomas ni de diagnóstico”, enfatiza Jiménez.

Reconociendo que los chatbots pueden ser herramientas muy valiosas en salud mental, Jiménez indica que “un riesgo importante está asociado a los incentivos del proceso de desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial en salud. Me parece que existe un riesgo real de aumento de la medicalización o patologización de estamos emocionales que son respuestas normales y adaptativas frente a situaciones estresantes de la vida. Los chatbots podrían contribuir a patologizar la tristeza, y de ese modo podrían contribuir al sobrediagnóstico de problemas de salud mental. Por ello es muy importante que evaluemos rigurosamente estas tecnologías, es crucial involucrar a los usuarios finales en su desarrollo y que la comercialización sea transparente sobre sus limitaciones para evitar malentendidos terapéuticos o respuestas inadecuadas en situaciones de crisis”.

Fuente: Estrategia online

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¿Cómo se relacionan la impulsividad, la falta de sueño, la depresión y el consumo de sustancias?

El Dr. Alvaro Vergés, investigador del Núcleo Milenio Imhay, especializado en el estudio de adicciones, lidera proyecto que busca analizar estos factores en adultos/as emergentes. Su motivación es generar evidencia que permita aportar en la formulación de estrategias preventivas y tratamientos para abordar cuadros complejos, donde los problemas por uso de sustancias se entrelazan con otros trastornos de salud mental.

Dr. Alvaro Vergés, investigador adjunto del Núcleo Milenio Imhay y académico de la Universidad de los Andes.

Desde que realizó su práctica clínica en la Unidad de Drogas del Instituto Psiquiátrico de Santiago y luego, cuando trabajó en el COSAM de la comuna de Huechuraba, las conductas adictivas se convirtieron en el foco de interés científico del psicólogo Alvaro Vergés.

“Encontraba que en las adicciones se desarrollaban muy potentemente todos los niveles de análisis posibles, y yo tenía intereses que iban desde la psicología y la sociología, hasta la neurociencia. Creo que, en este tipo de casos, son más visibles y evidentes los problemas con los que se deben lidiar, por ejemplo, con la familia, problemas económicos e, incluso, el mismo tema del narcotráfico, cuando se trata de sustancias ilegales”, explica el investigador adjunto del Núcleo Milenio Imhay, Doctor en Psicología Clínica de la Universidad de Missouri-Columbia, EEUU, y académico de la Universidad de los Andes.

En enero pasado, el equipo del Dr. Vergés se adjudicó el proyecto Fondecyt Regular “Impulsividad y calidad del sueño como predictores de síntomas de conductas adictivas y depresión en la adultez emergente”, el que busca comprender aquellos factores detrás del fenómeno. Según explica, en los últimos años, se ha puesto énfasis en estudiar el sueño como un factor común de vulnerabilidad en distintos trastornos mentales.

“La idea de este nuevo proyecto es trabajar con dos factores transdiagnósticos: la impulsividad y la calidad de sueño. Uno podría decir que ambos son afectados a su vez por la psicopatología, porque, por ejemplo, cuando una persona consume sustancias puede volverse más impulsiva y, al mismo tiempo, presentar depresión, trastorno que en sí ya altera el sueño. Ése es justamente el desafío en términos de investigación: poder identificar qué ocurre primero y qué ocurre después”.

Para este proyecto se evaluará a un grupo de participantes que forma parte del Estudio de Crecimiento y Obesidad del Centro de Investigación en Ambientes Alimentarios y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición (CIAPEC), perteneciente al Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA). Este grupo, compuesto por más de mil participantes, comenzó a ser estudiado en el año 2006, a los 3 o 4 años de edad, y ahora que ya son jóvenes “los investigadores a cargo sintieron la necesidad de empezar a evaluar otros elementos más allá de la nutrición y de la obesidad, porque en la adolescencia suceden más cosas. Y es ahí donde entramos con mi equipo de investigación a analizar estos otros temas de consumo de sustancias e impulsividad”, dice el científico de Imhay.

El proyecto considera evaluar a los/as jóvenes en dos ventanas de tiempo: una evaluación anual -como se hace tradicionalmente en los estudios longitudinales- con instrumentos para determinar su estado de ánimo, cómo duermen y conocer si hay consumo de sustancias. La otra, será una evaluación anual intensiva, donde se medirán las mismas variables todos los días, por dos semanas.

La idea, indica el Dr. Vergés, es ver la relación temporal y llegar a entender qué se presenta primero y qué después, porque las mediciones a largo plazo pueden ser muy distintas de cómo se manifiestan en el día a día. “Por ejemplo, si alguien tuvo una mala noche de sueño, queremos saber qué implica eso en términos del estado de ánimo o de consumo de sustancias al día siguiente. Ese tipo de cosas queremos ver”, explica el investigador responsable del proyecto.

Predecir las consecuencias de la impulsividad

Este trabajo es una suerte de continuación del Fondecyt Regular “Impulsivity Facets and Substance Use Disorders”, que también fue dirigido por el Dr. Alvaro Vergés. Dicha investigación analizó dos muestras: un grupo de adolescentes de población general y otro grupo compuesto por personas en tratamiento por conductas adictivas.

La idea, según relata, fue analizar, a lo largo del proceso, la relación entre factores de personalidad -en especial la impulsividad, que es uno de los comportamientos más presente en las adicciones- con los trastornos por uso de sustancias. Esto es, desde el inicio del consumo y la aparición de algunos síntomas, hasta cuando el trastorno ya estaba instalado en las personas en tratamiento.

“El objetivo era ver cómo la impulsividad incidía en la persistencia de los síntomas y eventualmente en la recuperación. Y, a la vez, comparamos dos modelos de impulsividad que hay en la literatura. Uno, centrado en la impulsividad, en la motivación y en la falta de control inhibitorio. El otro, en tanto, en la urgencia, que es actuar impulsivamente frente a emociones intensas, positivas o negativas”, indica el académico.

Y explica que: “trabajamos con los/as adolescentes, particularmente con los que reportaban que nunca antes habían consumido, y vimos cuáles de ellos/as empezaban a consumir un año después. Y constatamos que, hasta cierto punto, había un modelo que tenía la capacidad de predecir el inicio del consumo”.

Ciencia y políticas públicas versus intereses

Las investigaciones realizadas por el Dr. Vergés no sólo apuntan a comprender mejor los trastornos adictivos y sus factores asociados, sino también proveer de evidencia científica a las instituciones encargadas de generar políticas públicas relacionadas a la prevención y el tratamiento. En ese sentido y, en base a su experiencia en el tema, el profesional opina que el SENDA (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) está realizando un buen trabajo en el ámbito del diseño de programas de intervención, ya que cuentan con equipos interesados en examinar los resultados generados por la ciencia. De esta forma, destaca los avances conseguidos respecto al control del consumo de tabaco y el nuevo reglamento de la Ley de Alcoholes, donde existe mayor regulación sobre el etiquetado y es más restrictivo en cuanto a la publicidad de bebidas alcohólicas.

Pero, a su parecer, aún se podría avanzar más. “Hay evidencia internacional que sugiere aumentar, por ejemplo, los impuestos cuando se trata de alcohol, de tal forma que sea más caro adquirirlo. En comparación con otros países, en Chile todavía sigue siendo muy barato comprarlo y eso evidentemente nos pone en una situación poblacional de mayor riesgo, porque es un elemento muy accesible”, plantea el investigador de Imhay.

“Yo creo que hay harto en lo que se puede mejorar, pero eso tiene que ver más con quienes están a cargo de legislar y que va más allá de lo que puede hacer la comunidad o las instituciones a cargo de la implementación de las políticas públicas. Lo que sucede es que aún persisten, por ejemplo, intereses de la industria con los que es difícil luchar”, concluye el Dr. Vergés.

 

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Investigador Imhay participará en webinar sobre violencia digital y su impacto en la salud mental

La actividad, organizada por el Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (NUDOS), reunirá a destacados expertos del ámbito académico y social, entre ellos, el investigador principal del Núcleo Milenio Imhay y profesor de la Universidad de los Andes, Dr. Jorge Gaete, quienes discutirán las múltiples dimensiones de la violencia digital y su impacto en la salud mental de diferentes grupos de la población.

El evento comenzará a las 10:00 y estará moderado por Teresa Correa, directora alterna de NUDOS y académica de la Universidad Diego Portales. A lo largo de una hora, se abordarán temas críticos que van desde la agresividad en línea hasta las implicaciones de género en la violencia digital, pasando por los efectos psicológicos que esta problemática tiene sobre adolescentes y jóvenes.

El webinar contará con la participación de:

– Raimundo Frei, investigador adjunto de NUDOS, quien abrirá la discusión con una presentación sobre violencia digital y agresividad digital, explorando quiénes son las personas más afectadas y cómo enfrentan esta realidad.

– Jorge Gaete, investigador principal del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), quien abordará los efectos psicológicos de la violencia digital y cómo esta afecta el desarrollo emocional, académico y social de los más jóvenes.

– Cecilia Ananías, directora de Amaranta ONG, quien discutirá el Proyecto de Ley sobre Violencia Digital actualmente en discusión, enfocándose en cómo la violencia digital impacta de manera desproporcionada a mujeres y personas de la comunidad LGBTQ+, y qué aspectos quedan pendientes en la legislación.

El evento culminará con un espacio de discusión abierto en el que los participantes podrán plantear preguntas y reflexiones. Este webinar es una oportunidad única para profundizar en la comprensión de los desafíos que plantea la violencia digital y para conocer de primera mano las iniciativas que buscan abordarlos desde una perspectiva inclusiva y centrada en la salud mental.

El webinar es gratuito y está abierto al público. Los interesados pueden inscribirse AQUÍ 

Fuente: Núcleo Milenio NUDOS