Historias de vida: investigación busca conocer la trayectoria académica y su impacto en la salud mental de estudiantes indígenas que cursan carreras científicas

PorImhay

Historias de vida: investigación busca conocer la trayectoria académica y su impacto en la salud mental de estudiantes indígenas que cursan carreras científicas

Investigadora del Núcleo Milenio Imhay aspira a generar información útil para que las universidades generen espacios y programas que acojan necesidades específicas y distintas cosmovisiones en las carreras científico-tecnológicas.

Dra. Marta Silva, académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile e investigadora principal de Imhay.

En 2001, cuando Marta Silva aún estaba estudiando antropología en la Universidad Austral de Chile (UACh)participó en un proyecto de investigación con los profesores Juan Carlos Skewes y Debbie Guerra, acerca de la resistencia de la comunidad Lafkenche a la instalación de un ducto de una empresa de celulosa en Mehuín, en la costa de Los Ríos.

“Dieron una pelea impresionante”, recuerda la profesional. “Fue a tal el nivel que, incluso personas sin formación académica, tuvieron que ponerse a investigar temas científicos para comprender el problema de los residuos industriales, combinando estas temáticas con sus propios saberes indígenas. Los jóvenes también estaban involucrados en esta defensa del mar. Eso me llamó la atención y fue así que hice la conexión con los jóvenes indígenas que entraban a la universidad y que traen consigo una cosmovisión particular”.

Desde entonces, Marta Silva se ha dedicado a explorar este campo. Obtuvo un Magíster en Educación y Comunicaciones en la UACh, luego un Magíster en Educación y un Doctorado en Perspectivas Culturales y Educación Comparada en la Universidad de California-Santa Bárbara, en Estados Unidos. Las herramientas de metodologías cualitativas que adquirió en su formación de postgrado le han permitido profundizar en la comprensión respecto a cómo se desarrolla el tránsito de vida de los jóvenes indígenas desde la infancia hasta la actualidad, desde el ámbito rural al urbano, desde el colegio a la universidad, analizando los obstáculos y desafíos que eso representa en sus vidas.

La metodología de historias de vida le ha permitido a la Dra. Silva recoger relatos de las participantes para conocer no solo su transitar hacia la educación científico-tecnológica en la universidad, sino también los aspectos afectivos y culturales que vivieron en la infancia.

En 2015 encabezó un proyecto titulado “Trayectorias académicas de estudiantes indígenas en educación superior pertenecientes a programas de ciencia e ingeniería”, centrado en tres universidades del sur de Chile; y en 2017 amplió su investigación con el Proyecto Fondecyt de Iniciación “Trayectorias académicas de estudiantes indígenas de postgrado de la zona centro-sur de Chile en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Educación STEM)”.

“Los datos y discusiones que se generan con las investigaciones que desarrollo y que incorporan una perspectiva y metodología cualitativa de historias de vida de estos jóvenes, yo las pienso para que sean implementadas por el sistema educativo universitario. Por ejemplo, para que se promuevan espacios y programas dirigidos a cubrir necesidades o intereses específicos de los estudiantes indígenas”, explica la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh e investigadora principal de Imhay.

“Pienso que las universidades necesitan información para construir estos espacios y para que puedan incluir en el currículum de las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, ramos que tengan que ver con su cosmovisión. De esta manera, creo que pueden formar a profesionales que tengan diferentes miradas y que puedan trabajar en comunidades diversas”, comenta.

El 2024, la Dra. Silva se adjudicó el Fondecyt Regular “Trayectorias de aprendizaje de estudiantes universitarios de pre y postgrado y profesionales indígenas en las disciplinas de matemáticas e ingeniería en universidades chilenas desde una perspectiva de género”, para explorar no solo las diferencias sino también las similitudes que hay entre hombres y mujeres sometidos a los mismos desafíos académicos.

En este proyecto de investigación participan estudiantes de las universidades de Tarapacá, Antofagasta, Atacama, de Los Lagos, La Frontera, Austral de Chile y Universidad de Chile. Este último plantel es pionero en el desarrollo de un programa especial para estudiantes indígenas.

Antropología y Salud Mental

En sus investigaciones como antropóloga, la académica fue encontrando muchos aspectos vinculados con la salud mental de los jóvenes.

“Los tránsitos en la vida académica son muy difíciles para algunos estudiantes. Sin embargo, también se viven experiencias positivas y a mí me gusta explorar cuáles son aquellos factores que influyen en que los jóvenes tengan experiencias exitosas”, destaca la investigadora. “Por ejemplo, cómo las redes de apoyo de los compañeros de la universidad promueven una comunidad de bienestar para ellos. Por eso creo firmemente que los establecimientos de educación superior juegan un papel importante para convertirse en otra red de apoyo más”.

La metodología de historias de vida le ha permitido a la Dra. Silva recoger relatos de las participantes desde edades tempranas, y conocer no solo su transitar hacia la educación científico-tecnológica en la universidad, sino también los aspectos afectivos y culturales que vivieron en la infancia.

“En temas de salud mental y bienestar de los estudiantes, el colegio es el espacio de adolescentes y jóvenes donde es fundamental tener adultos que acojan. En las entrevistas, los estudiantes me dicen ‘Yo no necesito que el profe hable conmigo, sino solo que en la mañana me salude y que me pregunte ‘¿cómo está? ¿qué hizo ayer? ¿cómo se sintió cuando les pasó esto?’ o comentar una noticia. En el fondo, aludir a la persona más que al estudiante al que está enseñándole matemáticas”.

La educación no formal que las familias entregan es el otro elemento relevante que se repite en todas las historias de vida que cuentan las y los jóvenes en las investigaciones de la académica. “Por ejemplo, me contaban que iban mucho al cerro a mirar plantas, y que pasaron su infancia jugando al aire libre en la naturaleza. También ellos descubren que las personas mayores tienen una riqueza enorme de conocimiento indígena y empiezan a preguntarles cosas”.

Es en esta educación no formal, indica la investigadora, donde la familia se vuelve fundamental para el desarrollo de la identidad indígena. “Y una identidad fortalecida, por cierto, también es un factor protector de la salud mental”, precisa la Dra. Marta Silva.

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