[OPINIÓN] Prevención del suicidio en Chile

PorImhay

[OPINIÓN] Prevención del suicidio en Chile

Necesitamos en Chile que exista un decidido aumento del presupuesto en salud mental para el próximo año, para poder llegar a un porcentaje cercano al 5% o 6% del presupuesto de la cartera de salud al final de este gobierno, indica en The Clinic la directora de Imhay y académica de la Universidad de Chile, Dra. Vania Martínez.

El Día Mundial de la Prevención del Suicidio se conmemora anualmente cada 10 de septiembre. Este día es promovido por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud desde el año 2003 con el objetivo de crear conciencia acerca de esta temática.

En Chile, el número de muertes por suicidio en la década 2010-2019 tuvo una tendencia global a la baja. Esto ocurrió a pesar del bajo presupuesto estatal que se ha destinado a salud mental a través de los distintos gobiernos y sin tener claridad de los elementos principales que han contribuido para aquello.

Chile cuenta con orientaciones para la implementación de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio desde el año 2013. Este tiene seis componentes que se han implementado de manera desigual a lo largo de nuestro territorio.

En primer lugar, se establece la necesidad de la instalación de un sistema de estudio de casos. Hace tres años la ex-Subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, anunció que Minsal establecería la obligación para todos los centros de salud públicos y privados de reportar a la Autoridad Sanitaria todo intento de suicidio o lesiones autoinfligidas. A la fecha, aun no existe un sistema de vigilancia nacional estandarizado. Claramente, se necesita avanzar en una implementación a nivel nacional, lo que permitiría ir tomando decisiones y acciones oportunas.

El segundo componente corresponde a contar con programas regionales intersectoriales de prevención del suicidio. Existen mesas de trabajo en las regiones, algunas de ellas fueron interrumpidas en la pandemia. Son una buena instancia de coordinación, pero funcionan con presupuestos muy limitados.

En tercer lugar, está el fortalecimiento de las competencias de los profesionales de salud. Aquí hay que avanzar también en la capacitación del equipo de salud en su totalidad. Aún las personas con problemas de salud mental y, especialmente, las con conductas suicidas, son discriminadas y estigmatizadas en su atención.

El cuarto componente corresponde a la incorporación de programas preventivos en establecimientos educacionales. Un gran avance es que haya un documento base como son las Recomendaciones para la prevención de la conducta suicida en establecimientos educacionales. Se requiere avanzar en mayor capacitación y en que la totalidad de los establecimientos educacionales generen y socialicen sus propios protocolos, con toda la comunidad educativa. El Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), el Ministerio de Salud y el Núcleo Milenio Imhay han favorecido esta tarea mediante cursos gratuitos dirigidos a docentes.

En quinto lugar, está el desarrollo de un sistema de ayuda en situaciones de crisis. Chile cuenta con el fono Salud Responde 600 360 7777, conectado para la atención por profesionales de salud mental con Hospital Digital. Se requiere avanzar en tener un número gratuito, más simple de recordar y con acceso rápido a profesionales de salud mental también en horarios de madrugada.

El sexto y último componente corresponde a un apoyo técnico para una correcta cobertura mediática y refuerzo del papel de los medios de comunicación en la prevención del suicidio. Los medios de comunicación pueden tener un rol en la prevención del suicidio si informan sobre señales de alerta y cómo acceder a canales de ayuda profesional y evitan el sensacionalismo al informar de muertes por suicidio.

Los seis componentes de Plan Nacional de Prevención del Suicidio mencionados fueron escogidos basados en evidencia científica principalmente internacional. Los centros de investigación y la academia con una mirada transdisciplinaria pueden aportar a la evaluación de la efectividad, costo-efectividad y de los elementos que favorecen la implementación de estos componentes en los diversos contextos que hay en nuestro país.

Actualmente estamos en un escenario particularmente complejo para la salud mental, podríamos decir que es la “tormenta perfecta” para que haya un aumento de la conducta suicida. Por una parte, ha habido un aumento, especialmente en población adolescente  de depresión, ansiedad, estrés y consumo problemático de alcohol y otras drogas Por otra parte, hay grandes dificultades para el acceso efectivo de la población a atención oportuna y de calidad en salud mental. Las listas de espera para atención por profesionales de salud mental aumentan cada vez más tanto en el sistema público como en el privado. A esto hay que agregarle factores estresores locales en un escenario global de alta incertidumbre social, económica, política y ambiental, alimentado, además por la desinformación en redes sociales. Estamos aún a tiempo y es ahora cuando tenemos que actuar para evitar el aumento de los suicidios en Chile.

El lema de este año del Día Mundial de la Prevención del Suicidio es “Crear esperanza a través de la acción”, subrayando la necesidad de una acción colectiva para abordar este problema urgente de salud pública. Todos y todas tenemos un rol, partiendo por el actual gobierno.

 

Ve la columna de opinión publicada en The Clinic AQUÍ

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