Hablar de suicidio sigue rodeado de estigmas, mitos y tabúes

PorImhay

Hablar de suicidio sigue rodeado de estigmas, mitos y tabúes

El 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y copatrocinado por la OMS, cuyo principal objetivo es visibilizar que esta es una conducta que se puede prevenir.

“Uno de los factores claves para poder abordar la prevención del suicidio tiene que ver con las barreras de acceso a la atención. En Chile, el presupuesto destinado a salud mental es solo 2,5% del total de salud, muy por debajo del 6% recomendado por la OMS, dando cuenta de los escasísimos recursos que tiene el sistema para brindar una atención adecuada”, comentó Vania Martínez, directora de Imhay y una de las coordinadoras de la Red Salud Mental es Salud.

En el mundo, más de 700.000 personas se quitan la vida al año tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 45 segundos.

En Chile, según datos del Ministerio de Salud, 1.800 personas mueren anualmente por esta causa y por cada uno de estos, alrededor de 20 personas realizan un intento suicida.

Sin embargo, la mortalidad por suicidio en nuestro país se ha estabilizado durante los últimos años, presentando tasas menores al promedio de la OCDE. A pesar de ello, el suicidio está entre las primeras 3 causas de muerte en adolescentes y jóvenes de 10 a 24 años y tiene la mayor tasa de incidencia en las personas mayores.

Un problema de salud pública

El suicidio es una problemática de salud pública importante pero a menudo desatendida, cuyo abordaje está rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio afecta gravemente no solo a los individuos, sino también a sus familias y a la comunidad.

Representa un problema complejo y multidimensional en el que intervienen diversos factores: psicológicos, ambientales, sociales y biológicos, que suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad de la conducta suicida.

En niños y adolescentes, influyen especialmente factores como la historia psiquiátrica familiar, enfermedades mentales, la pérdida de un ser querido, la depresión, aislamiento social, consumo de drogas y alcohol.

Para mujeres y hombres adultos, suponen un factor muy importante las relaciones con otras personas, la violencia doméstica o el estrés en el ámbito de la familia, aunado a las enfermedades mentales, consumo de alcohol y drogas, entornos familiares problemáticos.

El grupo de personas mayores cuentan especialmente factores como la depresión, el dolor físico a causa de una enfermedad, el aislamiento social y familiar.

Efecto pandemia

En tiempos de pandemia la situación se ha complejizado. Así se aprecia en el Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC, en su cuarta ronda entregada en agosto de este año, donde se plantea que el 47,3% de la muestra de hogares en el país exhibe síntomas leves a severos de depresión, mientras el 23,6% manifiesta sospecha o presencia de problemas de salud mental, el 21% expresa sentir soledad y un 11,6% presenta un consumo de alto riesgo de alcohol, todos factores de riesgo en materia de suicidio.

“Uno de los factores claves para poder abordar la prevención del suicidio tiene que ver con las barreras de acceso a la atención. En Chile, el presupuesto destinado a salud mental es solo 2,5% del total de salud, muy por debajo del 6% recomendado por la OMS, dando cuenta de los escasísimos recursos que tiene el sistema para brindar una atención adecuada”, comentó Vania Martínez, una de las coordinadoras de la Red Salud Mental es Salud, subrayando que a esto se suma la escasa cobertura del sistema privado para la salud mental, que solo ayuda a agravar el problema y dificultar la prevención.

Desde la Red Salud Mental es Salud, que congrega a más de 20 organizaciones de profesionales, especialistas y agrupaciones de pacientes y familiares, señalan que todos podemos tener un rol en la prevención: desde comprender y trabajar la empatía, validar los sentimientos y utilizar un lenguaje adecuado, hasta estar atentos a las señales de alerta, de manera de poder conectar con la ayuda profesional necesaria y que la sociedad en su conjunto -desde el Estado, el sistema educativo, las comunidades y las familias- asuman su rol en la prevención y acompañamiento.

Señales de alerta

Las señales de alerta indirecta son:

– Desinterés, desánimo o desesperanza.
– Irritabilidad e intranquilidad.
– Pérdida de interés o fatiga.
– Disminución del rendimiento académico o laboral y de las habilidades para interactuar con otros.
– Aumento en el consumo de alcohol y/u otras drogas.
– Alteración de los patrones de sueño y alimentación.
– Alejamiento de amigos y familiares.

La señales de alerta directa son:

– Expresión verbal o escrita de suicidio sobre: deseos o amenazas de morir, herirse o matarse.
– Sentimientos de desesperación, entrampamiento, bloqueo o sufrimiento que no puede soportar.
– Sentimientos de ser una carga para otros o el responsable de todo lo malo que sucede.
– Búsqueda de modos para matarse, en internet o redes sociales.
– Intentos por acceder a medios letales.
– Realizar actos de despedida: cartas o mensajes (ej. En redes sociales), dejar regalos o hablar como si ya no fuera a estar más presente.
– Mostrar conductas auto lesivas: cortes, quemaduras o rasguños en el cuerpo.

Vania Martínez asegura que a pesar de que los casos de suicidio se han visto disminuidos este último año, “se ha creado una tormenta perfecta para que estos aumenten postpandemia, y es necesario que las comunidades actúen preventivamente, siendo fundamental estar alertas a los factores de riesgo y saber que el sistema de salud cuenta con una red profesional de apoyo”.

¿Dónde pedir ayuda?

– Salud Responde: 600 360 7777 (Opción 1)

– Hospital Digital: https://www.hospitaldigital.gob.cl/

– Chat Hablemos de Todo: https://hablemosdetodo.injuv.gob.cl/

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